Un baño de cruda realidad

De mucha realidad. Vivíamos envueltos en tres mentirijillas y una pequeña verdad y de repente vuelta al principio. Al final, todo vuelve a su sitio. El Valencia no arranca, los resultados han engañado el último mes pero la mentira tiene las patas cortas, muy cortas. Su discurso futbolístico es muy pobre y lo visto hasta la fecha, por parte de su entrenador, muy preocupante.

El nivel de la plantilla es bajo, quizá no tan bajo para jugar tan mal, pero muy mejorable al fin y al cabo. Y cuando el nivel es así, el plus del míster es importantisimo, fundamental. Y yo no lo veo por ningún sitio. Y lo peor de todo: hasta su discurso ha pasado a ser pobre. Fue valiente al principio, atacando de frente y sin buscar excusas, pero ahora parece envuelto en una nebulosa pacifista y simple que a mi me asusta. Es decir, los jugadores le han ganado el partido. De ahí a no respetarlo hay un camino tan corto como duro.

Djukic se ha cargado lo poco que funcionó el año pasado, el doble pivote. Sigue empeñado en darle la batuta del equipo a Banega, y este sigue desesperando y regalando balones jornada tras jornada. Un minuto de Parejo tiene mas fútbol que ochenta del argentino… pero da igual. Éver tiene bula. Un día juega Fede bien, y lo sentamos. Seguimos obcecados con Pabon en banda, cuando en esa demarcación es un desastre; y ademas queremos que Guardado sea lateral cuando, en este momento, no puede serlo.

Lo escribí en su día y muchos me criticaron. Vender a Cissokho fue un golpe de efecto innecesario, al igual que lo vivido con Rami ha acabado siendo un papelón. Aquí también merece unas lineas el presidente de la entidad, que parece mas entregado al populismo que al trabajo serio. Hemos medio regalado a un futbolista al que igual en junio hay que volver a tener. Y lo que es peor: estando ‘tronao’, que lo está, era el mejor central del equipo con una enorme diferencia. Le hemos quitado al francés, traduciendo las sumas astronómicas a nuestro modesto salario de persona de a pie, cincuenta céntimos para que gane mil en Italia. Es como si usted insulta a su jefe en el trabajo y le dan vacaciones y le buscamos un empleo mucho mejor. Vamos, de locos.

Y lo que es peor: en el club no son conscientes de que, en este momento, son unos títeres que desaparecerán nada más llegue una oferta seria, sea buena o mala. Porque este club solo puede venderse o venderse, aunque duela. De lo contrario, en poco tiempo seremos como el Glasgow Rangers que bajo cuatro categorías de golpe y ellos apenas debían 30 millones de euros. Lo escribo y me asusto. «Sólo” 30 millones de euros.

La realidad es así, dura y muy preocupante. Que gane el equipo es el único bálsamo, pero jugando así no será nada fácil.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista NOU Radio

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