Una nueva ‘Catedral’ sin sentimiento valencianista

Esa será una tónica habitual en todos los partidos que juegue como local el Athletic de Bilbao hasta finales del año 2014, cuando se termine de construir por completo esta magnífica obra arquitectónica. La enorme demanda de los aficionados locales obliga a atenderlos con la máxima preferencia, quedándose sin opciones las hinchadas visitantes.

Actualmente, el aforo del nuevo San Mamés es de 36.000 espectadores -cuando esté finalizado serán algo más de 53.000 los aficionados que podrá albergar-, y la primera obligación que tiene el club bilbaíno en la situación actual de un estadio en obras es la de asegurar un asiento para sus abonados, que actualmente superan el número de butacas disponibles.

Esto deja sin opciones a los equipos de fuera, que desde un primer momento fueron conscientes de que las localidades existentes irían destinadas única y exclusivamente para los seguidores del Athletic Club de Bilbao. Pero no deja de ser llamativo el hecho de no ver afición visitante, aunque sea en un número muy reducido como ocurrió hace varias semanas contra el Betis, en una esquina del estadio rival animando a sus futbolistas.

Anoche el lujoso estadio rojiblanco se quedó sin los cánticos y la emoción que le ponen en cada partido los hinchas del Valencia CF, con sus ‘senyeras’ y bufandas al viento celebrando los goles del equipo de sus amores en una ciudad que ha vivido grandes exhibiciones valencianistas. Anoche hubieran gozado con el gol de penalti de Banega, y sufrido hasta el pitido final por el arreón local, pero tocará esperar hasta una próxima visita para vibrar en territorio hostil.

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