Valencia CF- PFC Ludogorets (contracrónica): «Lubo, Lubo»

Que no «Ludo, Ludo» en referencia al Ludogorets búlgaro. Que nadie se confunda, porque los mayores atractivos en el choque europeo del Valencia CF estuvieron en el palco de Mestalla con Penev y Kempes, algo que ya se esperaba en la previa pero que fue definitivo en cuanto arrancó otro encuentro que terminó resultando soso y descafeinado.

Sólo fue una jornada inolvidable para los futbolistas visitantes, y para los miles de seguidores que llegaron desde Bulgaria para tomar las gradas del coliseo valencianista y, por momentos, silenciar a los pocos valientes que se tomaron la molestia de acudir a su campo para vivir otra cita previsible.

Como lo fue el día del Kuban Krasnodar, o el más reciente contra el Dinamo de Kiev. Frialdad en el césped, también en el estadio y la sensación de que lo mejor está por venir, concretamente a partir del sorteo de cuartos de final de mañana viernes.

En el que representará al Valencia CF su embajador internacional, Mario Alberto Kempes. El ‘Matador’, que ya desató la locura en su anterior visita del pasado año contra el Rayo Vallecano, volvió a Mestalla antes de estar en Suiza para dar suerte en los cruces al club de su corazón, y junto a él se sentó en el palco otro ex como Lubo Penev. Recibido en ‘loor’ de multitudes, abrazado y besado por todos los presentes, con rostro sonriente y relajado en su vuelta a casa.

Más de un aficionado acudió al estadio con su camiseta puesta, recordando a un delantero que estuvo seis años en los que logró dejar una gran huella en la capital del Turia. Por su clase dentro y fuera del campo, por ser genio y figura, por tantas razones que le han reservado un huequecito en el corazón de cada valencianista.

Además, un búlgaro de prestigio como él y seleccionador de su país no podía faltar a una de las citas más importantes para el fútbol de su país en los últimos tiempos, siendo uno más que junto a sus compatriotas tiñeron los aledaños y el interior de Mestalla con los colores de la bandera blanca, verde y roja.

Pero una vez que se acabó toda la expectación por ver la llegada de ambos mitos al coliseo de la Avenida de Suecia se acabó la emoción, porque durante los 90 minutos sólo un zapatazo de Parejo al larguero, los cánticos de los aficionados visitantes y por supuesto la tradicional aparición goleadora de Paco Alcácer despertaron del letargo a los asistentes.

Al menos se ganó, que diría aquel, se cogió confianza y moral de cara al crucial choque del fin de semana contra el Villarreal, se vio a canteranos como Gayà y los menos habituales en el equipo de Pizzi obtuvieron minutos para saciar su hambre.

Más de uno firmaría sentenciar el resto de eliminatorias en la ida y vivir partidos de vuelta tan tranquilos como los últimos, pero el domingo ya habrá otro ambiente y el resto de la Europa League promete emociones fuertes. Para los que están, y para todos aquellos ex jugadores ilustres que deseen emular a Kempes y Penev, espectadores de lujo en un trámite donde más de uno pudo volver a cantar aquello de «Lubo, Lubo»…

Foto: Lázaro de la Peña / VCF

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