Cuando te enfrentas a un equipo con un balance de 2-21 lo normal es salir a la cancha relajado. Partido trampa lo llaman. El Valencia Basket se ve las caras este sábado (19h, sin televisión) con la cenicienta de la Liga Endesa ante la obligación de sacar un triunfo holgado que cada equipo de la competición cuenta como suyo de antemano. Una oportunidad perfecta en Valladolid para el regreso de Vladimir Lucic, que ha sido dado de alta en lugar de Lubos Barton.
Quizás es el regreso del alero serbio el único jugo que se le puede extraer a un partido que no debe tener mucha historia, pero que lo hace peligroso por el hecho de que no haya nada que ganar y mucho que perder. Sin embargo, Velimir Perasovic todavía ve a Lucic perdido dentro sus sistemas y lejos de alcanzar un ritmo de juego que le haga merecedor de muchos minutos.
El Valladolid es el equipo más defenestrado que se recuerda en la máxima categoría del baloncesto español. Una plaza histórica que vive un calvario poco acorde a su leyenda. Esta semana se han sumado al trasiego de jugadores que van y vienen de Pisuerga el base Armon Johnson y el alero Lamont Mack. Quién sabe cuanto durarán a las órdenes de Ricard Casas, que en su día presentó una dimisión que fue rechazada por la directiva, pero apuesten a que poco.
Desde luego, sí que es cierto que los pucelanos tienen algo de calidad, como mejor muestra la del joven talento serbio Danilo Andjusic. No obstante, cada partido es un escaparate individual para cada miembro de su plantilla en busca de un contrato mejor, de alguien que les pague. El colectivo ha pasado a mejor vida. Cada uno hace la guerra por su cuenta. Nada que deba preocupar a un Valencia Basket centrado en conseguir la victoria por la vía fácil.
Juanjo Triguero no está en la expedición que ha viajado a Valladolid en vuelo chárter con algunas turbulencias. El pívot de Gandia sólo pudo jugar tres minutos en el partido ante el Alba Berlín y su mano descansará ante el colista. No merece la pena arriesgar, aunque los precedentes digan que Pisuerga es el campo en el que el equipo taronja hace más tiempo que no gana. El cuadro valenciano no suma el triunfo en Valladolid desde noviembre de 2007. Demasiado tiempo.
Sobre todo si tenemos en cuenta el último precedente, que habla por sí solo. El Valencia Basket sacó hace unos meses de La Fonteta la mayor ventaja en la historia del club con un bochornoso 108-57. Además, a nivel general en toda la Liga Endesa, el partido supuso la cuarta mejor valoración histórica (160) y la segunda mejor marca histórica de asistencias (33). No espera un partido tan fácil como visitantes, pero sí lo suficiente como para reservar energías de cara a compromisos más difíciles. Al menos, sobre el papel.