Viaje al mañana

Escribo esto hundido en el asiento 12C del avión en mi último viaje con el Valencia para Canal 9 junto al entrañable Toni, un operador de cámara formidable. Él también cumple hoy su último servicio para la empresa donde ha dejado gran parte de su vida profesional. Trato de vislumbrar qué nos deparará el día de mañana y cómo será el Valencia del mañana.

Veo cabezas por delante mío ocupando los primeros asientos que rumian en su duermevela un adiós tramposo. Y a algún que otro sinvergüenza de esos que ‘dan su vida’ por el Valencia pero, como en la Numancia de hace dos mil años, son capaces de incendiar su ciudad con tal de que no caiga en manos de sus sucesores.

Otros, en la parte trasera y vestidos de corto, sabedores de que hay que poner ‘algo más’ para tocar la gloria. Sabedores de que tendrán, quien se quede, que remar en afluentes secundarios porque el ‘Rio Grande’ de la Champions queda reservado para otros.

También comparte trayecto con nosotros algún que otro aficionado de buena fe que quiere a su equipo de verdad y no alcanza a entender la mitad de la mitad de lo que se cuece en el club de sus amores.

Entre unos y otros transcurre mi último viaje… En una noche en la que todo es decepción me viene a la mente la ‘foto de la semana’, esa del restaurante. Viendo la forma de actuar del ya ex entrenador del Valencia y las inverosímiles explicaciones posteriores puedo imaginarmeo cómo le ‘trincharon’ la cabeza y que fácil lo puso él para la huída. Pintó en la rueda de prensa el futuro apocalíptico que nadie espera y que sólo él se cree porque se lo ha querido creer.

El Valencia que vive en la paradoja de renovarse profundamente para seguir siendo el de siempre no está, ni muchísimo menos, en tan caótica tesitura. Lo sabe él, lo saben los instigadores de su marcha, lo sé yo, lo saben los aficionados del Valencia y hasta el que ‘asó la manteca’. Ante tal panorama, y sabiendo que algún día pagarán sus pecados, a poco de aterrizar en Manises ya entrada la madrugada me viene un pensamiento firme, un mensaje enérgico para los intoxicadores y para el intoxicado: que tanta paz lleven como descanso dejan.

Sé que para mí, para Toni el cámara y para esos aficionados de buena fe el futuro traerá algo mejor de lo que respiramos en este avión. El mañana es nuestro y no daremos un paso atrás, ni siquiera para coger impulso. El mañana tiene dificultades pero también tiene sol. Para los que no quieren dificultades la huída siempre es una opción. Para los que no les gusta el sol… Bilbao está muy bien.

 

Nacho Cotino (@NachoCotino)

Periodista Canal Nou

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