Vladimir Lucic regresará este sábado a las canchas frente al CB Valladolid. Tras más de cuatro meses parado y todo un año plagado de lesiones, el alero serbio quiere olvidarse por fin de los problemas y ayudar al Valencia Basket durante el tramo final de la temporada. «Creo que llegaremos lejos en los playoff y en la Eurocup, lo que me permitirá al menos dos meses y medio de competición. Quiero aprovecharlos de la mejor forma posible», explicó en una entrevista al portal serbio MONDO.
El calvario del serbio empezó en verano con la espalda… pero se pudo evitar mucho antes. «El dolor de espalda me vino en febrero, pero solo duró 10 días. Volví a tener el mismo malestar a principios de agosto, justo antes del primer partido preparatorio con la selección. Pude jugar algunos minutos contra Francia, pero ya me olía que no iba a ir al Eurobasket», subrayó Lucic, que aclaró que «la clínica en la que me atendieron con el Partizan se equivocó con el diagnóstico y las inyecciones que me metieron. No hicieron lo correcto para recuperarme, estaba cabreado y su error pudo haber perjudicado mucho mi carrera».
Ya en Valencia llegaron los problemas en el tobillo. «Jugué algunos amistosos con el Valencia Basket y, cuando volví a estar en forma, me lesioné en el pie. Eso ocurrió en el partido de Liubliana, pero no se le dio mucha importancia y jugué contra el Zaragoza 10 días después aunque el dolor estaba ahí. Como el equipo tenía más lesionados, acordamos que jugaría ese partido y luego descansaría. Al final acabó siendo mi mejor partido en Valencia hasta la fecha», recordó. Lucic anotó 16 puntos y capturó 10 rebotes en la victoria ante el cuadro maño.
«Tras dos meses parado, fue a Barcelona para que me viese el doctor Cugat, que me dijo que sin operación había riesgo de que me lesionara otra vez. Durante ese tiempo había perdido mucha musculación por lo que después de la operación todo parecía muy mal, pero después ya pude trabajar con los preparadores físicos para volver a tono», prosiguió.
‘Lucho’ se mostró muy agradecido por el trato recibido en Valencia durante su tiempo fuera de las pistas. «No noté ningún tipo de tensión. Todas las personas con las que hablé me decían «tómatelo con tiempo, volverás». Sin embargo, ni yo ni ellos estábamos contentos porque no jugara. También tuve el apoyo de la familia, mi novia pasó mucho tiempo aquí, y Valencia es una ciudad preciosa», explicó.
Además, el vestuario recibió al balcánico con las puertas abiertas. «Después de mi marcha de Partizan temía que no me encontrara con una atmósfera tan íntima dentro del equipo, pero resultó que aquí también hay buenos tíos con los que te puedes juntar para tomar algo. Por supuesto, el más cercano a mí es Bojan Dubljevic, pero también están el capitán Rafa Martínez y Pau Ribas», comentó.
«Estamos teniendo una temporada extraordinaria. Muchos jugadores han estado parados más de un mes por lesiones, pero no se ha reflejado en los resultados. Los mejores están siendo Sato y Doellman. Del segundo estuve hablando con Nemanja Bjelica sobre la gran temporada que tuvo el año pasado y lo difícil que iba a ser repetirla, pero ha continuado a un gran nivel. Es uno de nuestros mejores jugadores, pero tenemos un equipo en el que cualquiera puede brillar y resolver un partido», aseguró.
Por último, el alero serbio espera reencontrarse con su mejor versión en el tramo final de la temporada. «Al principio fue duro separarme del baloncesto, pero me di cuenta de que no podía hacer nada para cambiarlo. Creo que llegaremos lejos en los playoff y en la Eurocup, lo que me permitirá al menos dos meses y medio de competición. Quiero aprovecharlos de la mejor manera posible», concluyó.