Y Nuno se hizo la cama

Otra noche más, otro partido más, Mestalla volvió a ver al equipo que no quiere ver. La afición volvió a ver al Valencia de las líneas bajas, al Valencia sumiso, al que regala la pelota y las ve venir, que no rema en la misma dirección a la hora de recuperar el balón sino que lo hace de manera desordenada y con escasa intensidad.

Si hay un momento que define a este equipo y sobretodo, a este entrenador, es el siguiente: rondaba el minuto 65 aproximadamente, Mustafi parece sufrir un percance y en la banda tiene calentando a Rafa Mir y Rodrigo De Paul. Pero Nuno, haciendo gala de su nula ambición, pide a Rubén Vezo que se vista de corto, dejando a dos jugadores de ataque en el banquillo, empatando en casa contra el antepenúltimo y con una afición, fiel donde las haya, pidiéndole que vaya a por el partido. Optar por cubrirse la espalda a 25 minutos del final, empatando, es el más claro reflejo de este entrenador, y la prueba más clara de que no tiene lo que hay que tener para liderar un proyecto ganador. Los gritos de «Nuno vete ya» retumbaron como hacía tiempo, la pañolada también. Nuno mostró que lo de Vigo había sido un espejismo.

Lo peor viene cuando además de haber enfocado el partido a sacarle un empate al antepenúltimo en casa (recién ascendido a la Liga BBVA), de no ser por Jaume Dómenech y en menor medida por Paco Alcácer, dos canteranos (¡con todo lo que te ha traído Jorge Mendes!), te hubieses ido de Mestalla con una derrota, y probablemente muy abultada.

Así que Nuno, recapacita, escucha a Mestalla, si vas a seguir siendo así de conformista y no estás capacitado para llevarnos a ser un equipo campeón, coge las maletas y vete.

Por Pau Pardo.

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