Yo creía que seguía… y era Caparrós el que venía

Se acaba una etapa. Es el final de una era. Juan Ignacio ya se ha comido la ‘olivica’ y tirado el ‘huesecillo’ al suelo. Su despedida acabó resultando bastante discreta: sin Quico, sin Manolo y sin ninguna explicación por la no renovación. El de Faura dice que son temas deportivos, el entrenador asegura que no le han dado ninguna razón. Ya tenemos lío…

Manolo Salvador decidió armarse de hormigón y paleta para reemplazar el primer ladrillo del ya desgastado proyecto del Levante. El técnico de Rabasa ha completado dos temporadas difíciles de mejorar. Casi imposible, de hecho. Pero el director deportivo tiene crédito de sobra porque sólo le falta acertar el número de la Primitiva. ¿Que se marcha Luis Garcia? No hay problema, seguro que JIM funcionará. ¿Que hay que vender a Caicedo? Se trae a Kone y tonterías las justas.

Quizás los motivos sean desconocidos y nunca se aclaren, quizá la oscuridad envuelva para siempre la decisión tomada, a lo mejor no se ha actuado con la justicia que merece un entrenador con números tan importantes… pero, si de alguien se tiene que fiar el levantinismo, es del bueno de Manolo.

Eso si, nos hallamos claramente ante la decisión mas importante a la que se ha enfrentado Manolo Salvador desde que recobró el control de la parcela deportiva allá por 2008. Una reválida que marcara el futuro del Levante, para bien o para mal. Con la marcha del alicantino llega la decisión de quien será el nuevo técnico. Y, con el nuevo técnico ya sentado en el banquillo, le tocara el turno al vestuario de pasar por el túnel de lavado.

Suena Caparrós, un perfil distinto al de los últimos años. Un entrenador curtido en Primera División y al que no se caen los anillos de tirar mano de la cantera.  Pero el cambio de ‘look’, como en las peluquerías pijas, tiene un precio: la ficha del sevillano y de su cuerpo técnico no es precisamente una ganga.

Entrenador, plantilla, rescisiones, renovaciones, posibles ventas, fichajes a coste cero… Tranquilo Manolo: dicen que coger vacaciones en septiembre, cuando termina el fragor del verano, también tiene sus ventajas.

 

Luis Cortés (@LucoCortes)

Periodista

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