Si algo es indudable a estas alturas del partido es que dentro de un mes el bipartidismo será historia. El modelo, análogo en no pocos Estados de la Unión Europea, no sirve ya para afrontar las demandas de una sociedad plural, dinámica, abierta e inteligente.
Lo cierto es que si uno echa la vista atrás los grandes acuerdos de Estados han sido escasos en temas de vital importancia. Han sido menos de los deseables para un país que reclama con urgencia la reforma de las instituciones, la modernización de las estructuras de Estado y la inclusión de los mecanismos de participación ciudadana en el sistema de decisiones y de gestión públicos. Era más sencillo hacerlo con dos contrincantes, rojos y azules, argumentaban; y sin embargo la realidad es que hemos asistido en las últimas dos décadas a un serial de peleas y reproches un tanto cínico: al final siempre había un reparto de poder a la vuelta de la esquina, sólo era cuestión de esperar.
La vida no es bicolor. La realidad es multicolor, plural. La sociedad heterogénea y la ciudadanía inteligente. La comunicación es global y permanente, la opinión accesible a cada instante, las culturas y los pueblos se abren y se invitan en un espacio común que cada vez entiende menos las fronteras. Y por eso Ciudadanos encaja a la perfección en el nuevo paradigma: somos un nuevo color con una nueva forma de hacer las cosas que aspira a implantar un nuevo modelo de Estado. Todo es nuevo, cierto, pero se inspira en la historia y en la observación del fenómeno de la transición: hemos aprendido de aquello y por eso ahora proponemos un cambio, el cambio que necesita España y que comienza por acabar con la dinámica de unos y otros, de azules y rojos, para dar entrada a una pluralidad de voces entre las que la nuestra destaca por su firmeza y por la nitidez de su mensaje: ha llegado nuestra hora.
(Por Vicente Ten, cabeza de lista de C’s al Congreso de los Diputados por la provincia de Valencia)