Fin de semana de puente. La campaña no me da unas horas de respiro para poder escaparme con la familia y pasear al lado de la playa, una de mis grandes aficiones, pero hoy la suerte ha querido que nuestra corriente naranja llegue al Perelló. Miro el sol y pienso que realmente somos afortunados de vivir en Valencia.
Paseando por la playa y contando nuestro proyecto me encuentro curiosamente con un amigo que hacía tiempo que no veía. Es empresario, segunda generación de una PYME industrial, un gran emprendedor desde hace muchos años, él desconocía mi condición de candidato… Sonríe y empieza a comentarme todos los problemas a los que se enfrentan las empresas como la suya. Me habla de competencia desleal, de falta de financiación, de trabas administrativas, de presión fiscal. Se nota que ha pasado unos años duros, como lo gran mayoría. Lo más triste de todo es que ha perdido la ilusión por su proyecto, por su empresa.
Le comento algunas pinceladas de nuestro programa económico, pero fundamentalmente le hablo de la necesidad de cambiar el actual modelo productivo, de cómo nuestro objetivo pasa por la modernización de las empresas, especialmente de las PYME, de la necesidad de tener buenos profesionales y de nuestra apuesta por promover y adecuar la FP dual. Le explico que para nosotros es fundamental preparar a las empresas para la internacionalización, que queremos cuidar y potenciar nuestra comunidad emprendedora, que vamos a facilitar la creación de nuevas empresas y evitar la fuga de talentos, que la calidad tiene que ser fundamental como factor diferenciador para competir. Le digo que queremos hacer todo esto reduciendo la presión fiscal sobre pequeñas empresas y emprendedores. Eliminando barreras. Estableciendo un ecosistema único y aboliendo aquello de que en cada Comunidad Autónoma se hacen las cosas de una manera.
Mi amigo asiente mientras le hablo, sonríe, entiende nuestro programa porque es suyo. Yo le deseo que vuelva a recuperar pronto la ilusión.
Vicente Ten