Climent: "En 2017 destinaremos 10,4 millones para apoyar la internacionalización de nuestras empresas"

Climent propone códigos éticos a las empresas de distribución agroalimentaria para evitar prácticas abusivas

Climent propone códigos éticos a las empresas de distribución agroalimentaria para evitar prácticas abusivas. El conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafa Climent, ha manifestado que «al margen de la normativa aplicable procedente de Europa o del Estado, desde la Generalitat proponemos una autorregulación del sector agroalimentario a través del desarrollo y cumplimiento de unos códigos éticos y de conducta, aceptados por todos, especialmente por las empresas de distribución, con el fin de conseguir un reparto más equilibrado del valor que se genera en la cadena alimentaria, evitar prácticas abusivas y garantizar la sostenibilidad de nuestros pequeños productores».

Rafa Climent ha inaugurado esta mañana el Congreso «Europa 2020: Propuestas para una mejora del Equilibrio y Sostenibilidad de la Cadena Alimentaria», organizado por el Departamento de Derecho Mercantil «Manuel Broseta Pont», de la Universitat de València. En este Congreso, el director general de Comercio y Consumo, Natxo Costa, ha intervenido con una ponencia sobre «Nuevas políticas para la cadena agroalimentaria en la Comunitat Valenciana».

El conseller ha resaltado «el enorme potencial de negocio que tiene el sector agroalimentario de nuestro territorio a la vista de su calidad y de su destacado carácter exportador, pero ha señalado que la concentración de la distribución frente a un sector productor muy atomizado, característico en nuestro territorio, en la práctica supone un desequilibrio que muchas veces provoca prácticas abusivas, sobre todo a nivel de precios y pone en peligro la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas».

Rafa Climent, ha explicado que «el desequilibrio en la Cadena Alimentaria va a abordarse de foma conjunta y coordinada por el Consell, para afrontarlo no sólo desde una visión agraria, sino también incorporando también una visión comercial. Trabajando de forma conjunta sobre todo la Conselleria de Agricultura y la de Economia, seremos más eficaces a la hora de ordenar las prácticas que se consideran inadecuadas en la cadena de valor, intentando alcanzar un punto de equilibrio que garantice el beneficio tanto para los empresas de distribución, como para la industria».

En este sentido, el conseller ha anunciado la inminente creación de una mesa de la cadena agroalimentaria en la que, por parte de la Administración, estarán presentes la dirección general de Comercio y Consumo, la dirección general de Agricultura y la dirección general de Transparencia, con el objetivo de trabajar en las buenas prácticas y la responsabilidad social corporativa.

En esta Mesa también estarán representados los productores, desde los sindicatos agrarios a las cofradías de pescadores y cooperativas, así como a las organizaciones de supermercados y de grandes superficies, y se coordinará los trabajos de la Mesa con el Consejo Valenciano de Consumidores y Usuarios, para que sean también contrastados con los intereses de los usuarios y consumidores.

Según Rafa Climent «el objetivo de esta Mesa será revisar los códigos de buenas prácticas existentes para que las empresas que los firman tengan su respaldo y de la administración, de los productores y consumidores y lograr unas buenas prácticas en la venta y en el etiquetado de productos, así como unos canales de comercialización respetuosos con la sociedad, de forma que las situaciones injustas se reviertan».

Por su parte, el director general de Comercio y Consumo, Natxo Costa, durante su intervención ha explicado que» las prácticas comerciales desleales preocupan a la Unión Europea y al Consell porque es un tema que se está dando en diferentes sectores agrícolas y ganaderos».

En este sentido se ha referido al sector de los cítricos, «uno de los más afectados y que es estratégico para nuestro territorio, en el que se está produciendo una irregularidad social, ya que los precios de compra al proveedor son excesivamente bajos y no permiten que el agricultor valenciano cubra de los costes de producción».

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