Monedas de Bitcoin emitidas

De dónde vienen los bitcoin, ¿Los trae la cigüeña de París?

La respuesta rápida es que los bitcoin vienen de los mineros, pues son ellos quienes acuñan los bitcoin. Veámoslo en detalle para saber quiénes son los mineros y entender cómo se emiten los bitcoin porqué se hace de este modo.

En el caso de los euros, dólares y otras monedas, son los bancos centrales los que deciden cuándo y cuánto dinero se emite en función de su política económica.

El bitcoin es un sistema distribuido y no existe ninguna autoridad central que de manera arbitraria lo decida, sino unas reglas fijas y públicas que dicen quién, cuándo, cómo y cuántos bitcoins se generan.

Empecemos por el quién, la emisión de los bitcoins la realizan los mineros, que son los ordenadores que forman los nodos de la red bitcoin. Como dijimos en el artículo anterior, estos ordenadores hacen de notarios validando las transacciones con los pagos de bitcoins y guardando esta información en la cadena de bloques.

Se les llama mineros porque su labor es parecida a la de alguien que extrae oro. Extraer oro es una tarea, dura, difícil y con un componente de suerte, pues es un metal escaso y difícil de encontrar, pero al ser valioso puede compensar trabajar en su búsqueda.

En el bitcoin ocurre algo parecido, cualquiera puede ponerse a minar, sólo se necesita invertir en un ordenador, conectarlo a internet y pagar la electricidad; a cambio está la posibilidad baja, pero atractiva, de obtener una recompensa en el oro digital que son los bitcoin.

Ahora que sabemos el quién, vayamos al cuándo, cómo y cuántos bitcoins se generan.

Lo que hay detrás del bitcoin y lo hace funcionar es la cadena de bloques.

Para que nos hagamos una idea la cadena de bloques es como un libro en blanco en el que los notarios, también llamados mineros, escriben las transacciones. Aproximadamente cada 10 minutos se escribe en ese libro una nueva página con las transacciones recibidas y validadas.

Y aquí viene lo importante, no se puede escribir la página hasta que no se resuelve un acertijo matemático basado en los datos de las transacciones recibidas y en el contenido de las páginas anteriores. Para que nos hagamos una idea, el acertijo sería algo parecido a resolver un crucigrama en el que las pistas de las palabras a escribir en las filas y columnas son las transacciones recibidas; pero el para rizar el rizo, la solución del crucigrama que es un cuadrado bidimensional, se apila sobre los crucigramas de las paginas anteriores formando un cubo tridimensional en el que los crucigramas apilados han de formar otros perfectamente válidos transversalmente.

En definitiva, encontrar la solución es una auténtica locura y el único método posible es la fuerza bruta, es decir hacer la cuenta de la vieja y probar una a una todas las combinaciones posibles hasta encontrar la solución.

De este modo se protege a la cadena de bloques contra el fraude, intentar alterar el contenido de la cadena de bloques para cambiar el saldo de una dirección bitcoin es algo computacionalmente tan costoso que no compensa.

Lo que sí compensa es trabajar en favor del sistema, cuando un minero encuentra la solución a un bloque lo transmite al resto de nodos del sistema incluyendo en él la dirección donde cobrar la recompensa; el resto de nodos validará que la solución sea correcta y si es así lo añadirán a la cadena de bloques.

Y por último vayamos a lo que importa, el dinero, ¿cuánto se gana por resolver el acertijo?

Inicialmente la recompensa por resolver el problema eran 50 bitcoins, casi 40,000 euros al cambio actual, en el 2012 pasó a 25 bitcoins y este año pasará a 12.5 bitcoins. Aproximadamente cada 4 años, la recompensa se reduce a la mitad hasta el año 2140 en el que se habrán emitido 21 millones de bitcoin y se dejará de dar recompensa por minar bloques.

¿Y por qué es así?

Se da una recompensa más grande al inicio para así incentivar a la gente a participar en el sistema; es algo similar a la fiebre del oro, si en un lugar se descubre un buen filón, en seguida se corre la voz y llegan los mineros.

Y se ha diseñado con inteligencia, pues si los bloques se resuelven demasiado rápido, se modifica la dificultad (el tamaño del crucigrama) para que en promedio el tiempo de resolver un bloque sea 10 minutos.

De hecho actualmente los mineros se agrupan y se reparten entre ellos las combinaciones a probar para encontrar la solución más rápido, si tienen la suerte de encontrar la solución antes que otros, será este grupo quien grabe el bloque y se lleve la recompensa.

Al final el bitcoin consigue un círculo virtuoso, cuantos más ordenadores tenga minando, más seguro será este sistema distribuido y si es más seguro la moneda tendrá más valor.

La recompensa disminuye paulatinamente pues se espera que el bitcoin sea más popular y en consecuencia tenga más valor, de modo que aun siendo menor la recompensa, esta siga siendo atractiva para el minero.

Por otro lado, cada vez que enviamos bitcoins a otra persona hay que pagar una pequeña comisión por la transacción, quien consigue minar un bloque además de la recompensa se lleva las comisiones de todas las transacciones del bloque. Ese es el otro motivo de disminuir la recompensa hasta dejarla a cero en el 2140 en el que los mineros financiaran su actividad completamente mediante las comisiones de las transacciones.

Ahora que sabemos de dónde vienen los bitcoins, para terminar vamos a filosofar un poco.

¿Cómo proteger un cofre con un tesoro?

Si se entierra en una isla desierta, está protegido pero no accesible.

Si se mete en una caja fuerte, está más disponible pero un ladrón puede ir por la noche y reventar la caja, así que también se necesita poner guardias de seguridad o incluso un ejército si el tesoro es muy valioso.

En definitiva cuanto mayor es el valor de algo, más dinero cuesta protegerlo.

Bitcoin resuelve con ingenio el problema de la seguridad y al mismo tiempo crea un sistema descentralizado en el que cualquiera puede participar y beneficiarse de la emisión del dinero en contraposición al sistema de emisión arbitrario utilizado por los bancos centrales.

Artículo colaboración de Manuel Sales

 

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