Rato, Bankia

Bankia, entre el escándalo y los beneficios

Bankia registró un beneficio neto de 696 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un incremento del 53,9% respecto al mismo periodo del año anterior, sin incluir el efecto del préstamo subordinado otorgado por Banco Financiero y de Ahorros (BFA). Estos datos llevan en plena borrasca provocada por las tarjetas opacas, descubiertas tras una auditoria realizada por  José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.

La auditoría encargada por Bankia puso de manifiesto el uso de tarjetas de créditos entregadas a los directivos de Caja Madrid entre 2003 y 2012 para gastos de todo tipo y que eran una especie de complementos al sueldo, ya que los que los gastos no tributaban a Hacienda. La polémica de las tarjetas opacas ha hecho zozobrar a buena parte de la clase política y sindical, cuyos representantes formaban parte del consejo de administración de Caja Madrid y se beneficiaron del gasto incontrolado de estas tarjetas.

Pese a estos escándalos, el grupo BFA-Bankia ha obtenido un beneficio después de impuestos de 1.151 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un 77,7% más sobre los 648 millones obtenidos en el mismo periodo de 2013, excluyendo el efecto del canje de instrumentos híbridos por capital.

El beneficio atribuido al grupo de BFA-Bankia ascendió a 894 millones de euros entre enero y septiembre.

En cuanto a Bankia, el beneficio después de impuestos en términos pro forma alcanzó los 698 millones hasta septiembre, un 51,4% más que en los nueve primeros meses de 2013.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, afirmó que la mejora de los ingresos «trimestre a trimestre», la disminución de los gastos y la «fuerte» reducción de la morosidad, que permite empezar a rebajar las dotaciones a provisiones, sitúan a Bankia «en el camino de cumplir el objetivo de conseguir un ROE del 10% en 2015».

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