España se ha convertido por primera vez en 2013 en el primer productor de vino del mundo al lograr una producción de 50,5 millones de hectolitros, un 41% más que en la campaña anterior, según datos del Ministerio de Agricultura recogidos por el Observatorio Español del Mercado del Vino, gracias en parte a que los principales países competidores de España en producción de vino, como son Francia e Italia, han tenido cosechas cortas por las malas condiciones climatológicas.
La Comunitat Valenciana ha impulsado este crecimiento y el sector ha aumentado la producción en la campaña 2013-2014 más del 17% hasta los 2,5 millones de hectolitros. Sin embargo estas buenas cifras no se han traducido en una mayor rentabilidad para los productores valencianos -ni españoles-, sino todo lo contrario, han reducido a más de la mitad lo ganado en las anteriores campañas.
El récord español choca con otro dato: en la mayoría de los tipos de vino español, el precio medio de los productores es uno de los más bajos del mundo con un promedio de 1,42 euros por litro. Así lo ha confirmado desde los servicios técnicos de Ava-Asaja que han trasladado a VLC News el malestar de la primer eslabón del sector vinícola valenciano. “En la campaña 2012-2013 los productores obtuvieron una media de 30-40 céntimos por kilo de vino y en la presente se ha pagado una media de 21 céntimos, una situación que no se entiende teniendo en cuenta los buenos resultados del sector a nivel nacional e internacional”.
¿Cómo se explica? Según las mismas fuentes, los culpables han sido los grandes distribuidores que son los que negocian directamente con los productores el precio del vino. Desde la asociación explican que éstos anunciaron en una polémica campaña mediática “un exceso de cantidad de uva” lo que provocó miedo entre los productores de no vender y de quedarse con la producción en la bodega por “lo que se apresuraron a ofrecerlo muy barato”.
En esta línea explican que los productores son muchos y no se pueden poner de acuerdo en vender el vino a mismo precio mínimo por la Ley de Competencia, una situación que se ha visto agravada por la mala organización y comunicación entre los cultivadores de la fruta. «El gran reto de esta parte del sector es intentar estar más unido y no vender nunca por debajo de los costes de producción como han hecho este año».