A Bildu, la formación estrella de la izquierda independentista vasca, se le han caído los escrúpulos, si es que alguna vez los tuvo. El partido que pretende presentar a Arnaldo Otegui a las elecciones vascas del próximo veinticinco de septiembre vuelve a dar la nota. Siempre que se acercan los comicios vascos la llamada izquierda abertzale nos tiene acostumbrados a montar algún número, para evidenciar lo malvado que es el Estado Español, España. Aunque mejor pensado, mejor así, porque tal y como dijo un ilustre ministro del PSOE, y profesor en la Universitat de Valencia, Ernest Lluch, ‘gritad, gritad más, porque mientras gritáis no matáis’.
La última desvergüenza a la que tenemos que asistir es a la colocación de la etarra Elena Beloki en el último puesto de la lista de Bildu por Guipuzkoa, después de cumplir nueve años de prisión por pertenencia a banda terrorista. Hace semanas abandonó la valenciana prisión de Villena, y fue recibida entre vítores en su localidad natal, Hernani. Te liberan por pertenecer a una banda terrorista y asesina y te reciben en plaza pública entre vítores y halagos. Los más normal del mundo, vaya.
Que se lo hagan mirar sus compañeros de viaje en según qué elecciones, pues recordemos que formaciones como Podemos o EQUO, han compartido listas electorales al Senado con Bildu. Dime con quién andas, y te diré quién eres, o como decimos en valenciano, ‘qui va en un coixo, al temps, coixo i mig’.
Honremos la memoria de las víctimas, no reabramos viejas heridas. Exijamos evolución a la izquierda independentista vasca y no consintamos más utilizaciones del sistema democrático para los que lo quieren destruir. Pedir perdón, condenar la violencia, cortar con todo lo anterior y posicionarse del lado del diálogo y la paz, deben ser los únicos pasos a dar por las personas que tras cumplir delitos de odio o terrorismo, quieren insertarse en la vida pública de cualquier sociedad normal y democrática.