Bravo, doña Gabriela

Una naranja que no basta con quitarle lo picado

A esta naranja no basta con quitarle lo picado. Está podrida, como para tirarla a la basura, no sin antes, aprovechar aquello que sirva para volver a replantar un árbol entero, pues es lo que le hace falta al Partido Popular de la Comunitat Valenciana.

Imelsa, sumado a las presuntas operaciones de blanqueo, denunciadas por algunos exasesores del Partido Popular en el carrer Quart, nos hace prever que esto no tiene más solución que la refundación. Cualquier intento de renovación de caras, aunque sean personas probadamente decentes, no les va a valer a los ciudadanos.

Ahora, una vez descubierto que esto no se trata de «casos aislados», como se ha empeñado en remarcar el PP valenciano durante demasiado tiempo, en vez de aceptar la evidencia y sanear sus filas, queda ver hasta que nivel llega la corrupción sistematizada. Si es sistema conduce a Madrid, Rajoy tiene un grave problema. No sería la primera vez que lo investigado en Valencia lleva a Madrid y viceversa. Desde luego, no alivia mucho ver investigado a una persona a la que, hace bien poco, le decía abiertamente lo mucho que le quería («Alfonso, te quiero, coño»), como el expresidente de la Diputación, Alfonso Rus.

Al investigado se le aparta y a aquel sobre el que se tiene sospechas, sean internas o externas, también. La política y la gestión de lo que es de todos no puede estar en manos de alguien de quien no te fías 100%. Igual que no pondríamos en un negocio a un cleptómano haciendo la caja o, simplemente, a un trabajador del que desconfías, tampoco debe ocurrir en un partido político. Porque si confías como responsable y, finalmente, resulta ser una «manzana podrida», acabarás teniendo que dimitir por ello, pues una de dos: no conoces lo que ocurre y, por tanto, eres un inepto; o tienes conocimiento de malas prácticas, no las denuncias y, por tanto, las consientes.

Ir arriba