Bravo, doña Gabriela

AVE Madrid a León. AVE Valencia a… a ninguna parte

Disculpe amable lector si en estos últimos días abusamos de hablar de economía en este espacio, pero desde este medio de comunicación no podemos pasar por alto algunas cuestiones relacionadas con los dineros públicos por ser muy sangrantes. Si nos apuran, humillantes para los valencianos. Como sabrán, ayer martes, Mariano Rajoy inauguraba la linea de tren de alta velocidad (AVE) que une Madrid con León. Obras que puso en marcha el presidente Aznar y continúo el presidente Zapatero, suponemos que por aquello de barrer para el terruño castellano-leonés porque otro motivo que acredite el sentido de esta línea, cuesta encontrarlo. Otro ramal de esa injustificable red centrípeta, con Madrid en su núcleo, de trenes de alta velocidad que parece más pensada en clave electoral que en criterios de sostenibilidad y eficiencia. Esta red está pensada de espaldas a principios económicos básicos como aquel que indica que para crear riqueza en las zonas en las que no la hay, conviene primero hacer inversiones en las zonas susceptibles de crearla, para que desde estas, después, llegue a las zonas más deprimidas. Se piensa a cuatro años vista y luego somos los ciudadanos los que debemos asumir costes indecorosos.

Mientras tanto, el corredor mediterráneo sigue sin estar vertebrado con trenes de alta velocidad, cuando, si algún eje ferroviario tiene sentido, y no lo decimos nosotros, lo dice la Unión europea y todas las asociaciones profesionales de empresarios, es aquella que uniera Málaga con Francia. Ese eje que contactara ciudades y zonas productivas tan importantes como Málaga, Almería, Murcia, Alicante-Elche, Valencia y Barcelona. Nos parece muy grave que un ciudadano para ir en AVE de Alicante a Castellón, deba hacerlo a través de Madrid, o para viajar desde Valencia a Barcelona, también tenga que pasar por la ciudad del oso y el madroño. Ya decimos que no se trata de un ataque de celos o una propuesta preñada de algún tipo de nacionalismo valenciano, si no de sentido común, de trellat. Debe cesar ya la burbuja de las infraestructuras electoralistas que, al final, pagamos todos con nuestros impuestos. Impónganse criterios objetivos y no partidistas. Ya se han cerrado algunas de estas líneas de AVE por no tener viajeros, ya hemos pasado mucha vergüenza al ver titulares de aeropuertos subastados por miseria y ya hemos tenido que tragar mucha saliva cuando ante nuestra justa reivindicación, a los valencianos se nos daba aquel AVE de segunda conocido como “velocidad alta”. Ahí la tienen, señores diputados valencianos, ahí tienen una oportunidad perfecta para dejar de lado el partido al que representan y defender los intereses de los votantes que los eligieron.

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