EDITORIAL. #XimoPresident, envide i truque

#XimoPresident es el hasthtag que lanzó el PSPV-PSOE durante la campaña electoral y que ahora, por fin, cobra todo el sentido. Hoy se celebra en les Corts el pleno de investidura en el que, después de 20 años de hegemonía popular, los socialdemócratas sitúan a uno de sus afiliados al frente del Consell. Viendo el estado de las cosas podríamos afirmar que Ximo Puig se enfrenta a un doble reto: en el plano interno, reactivar su partido en la sociedad valenciana y en el plano externo, enmendar las actuaciones de los predecesores de su partido en el gobierno valenciano (Josep Lluís Albiñana y Joan Lerma). Como un buen aficionado del Truc, Puig debe prepararse para pintar pedres en las dos vías que tiene este juego tradicional de cartas; deberá hacer como un jugador aventajado: nada más repartir las cartas, envide i truque.

Es innegable que la trayectoria de los socialdemócratas valencianos es descendente. En los últimos 8 años han perdido más de 300.000 votos entre el electorado valenciano. Además, el PSPV-PSOE ha tenido que “deborar” tres secretarios generales (Joan Romero, Joan Ignaci Pla y Jorge Alarte) hasta que el de Morella parece haber suturado las grandes heridas del pasado. Incluso ha recuperado para la política valenciana nombres como el de Manolo Mata (totalmente en forma a tenor de lo que se pudo ver en el hemiciclo valenciano en el debate de investidura haciendo perder los nervios a la mismísima Rita Barberá que sigue tocada, muy tocada, desde el 24M) y ha conseguido la adhesión pública de famosos como Ferran Gadea (el Tonet de la Alqueria blanca) y de mucho jupetí roig de extrabajadores de RTVV, de los que cada vez hay más hartago social -da la impresión que están más preocupados “de cómo está lo suyo” que por una televisión pública, en valenciano y de calidad-. Con la casa más o menos en orden Puig deberá componérselas para parar esa hemorragia de votos que todo parece indicar que en estos momentos estarían en manos de Podemos; y tal vez más por deméritos propios que por méritos del muy desconocido Antonio Montiel. ¿Y cómo lograrlo?, nos atrevemos a sugerirle humildemente que comience por pensar más en qué nos interesa a los valencianos que en el que dirán en Ferraz; pónganos por delante, señor Puig, como excusa si quiere, pero no permita que los valencianos volvamos a ser moneda de cambio en ningún tablero de juego que no vaya de Vinaròs a Oriola.

Por otra parte, el nuevo molt honorable sabe que recibe una administración muy endeudada y con varios “embarques” a medio plazo de los que no podrá zafarse fácilmente. Pero ahora ya no está en la oposición y ya no puede utilizar como argumentario y menos como acción de gobierno “lo mal que lo está haciendo el PP” y esperemos que menos aun el viejo “la herencia recibida”. En este último caso, ya lo sabía cuando se presentó para presidirnos, así que ahora “apechugue” y resuelva nuestros problemas. Los gobiernos populares (con viento en contra o con los conservadores en la Moncloa) no han conseguido resolver la nefasta financiación de la Generalitat (y en este asunto tanto su partido com el PP tienen mucho que callar), ni la deuda histórica y esto, así, no se sostiene más. Pero en materia económica no son los únicos retos y los empresarios, como el mismo jueves hacía José Vicente González presente en les Corts, ya le han tendido la mano, tómela y regenere nuestro tejido industrial y reactive otros sectores tocados por la crisis o por sus propia situación estructural. Tanto se le tiró en cara a los gobiernos del PP que las políticas activas de creación de empleo estaban transferidas y no se veían actuaciones de creación de nuevos puestos de trabajo, que usted debe resolver sin demora y sin excusa eso de que uno de cada cinco valencianos está parado y más sangrante todavía, el éxodo de jóvenes muy bien cualificados que abandonan su hogar o aquellos que no salen de él porque no tienen dónde ir a trabajar. Por último, también será de agradecer que no permita que ningún miembro de su Consell desentierre viejos fantasmas identitarios o lingüísticos que no harían más que resquebrajar nuestra debilitada cohesión como Pueblo. Trabaje por ella y comience a hacerlo en los 100 días de gracia que se le concede a toda persona nueva en el cargo, pero no ceje en el intento en toda la legislatura, que falta nos hace a los valencianos. Avant!

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