Bravo, doña Gabriela

El exceso en el consumo telefónico de los diputados de les Corts

Ya en el pasado mes de julio, cuando todos nos enterábamos de qué modelos de teléfonos móviles y a cuánto ascendía el montante total de la operación de renovación de estos dispositivos para los diputados de les Corts (sobre 30.000 euros), pusimos el grito en el cielo por la pretensión de algunos de nuestros parlamentarios por lucir uno de estos aparatos de una muy conocida marca estadounidense. Finalmente se impuso la cordura y los diputados acabaron con otra marca, en este caso surcoreana, más en la media de lo que puede gastar el ciudadano medio. Pero, aun así, teníamos la impresión de que se nos escapaba algo. La cifra, para los presupuestos que se manejan en la administración pública, tampoco parecía muy abultada, pero más tarde caímos en que más allá de la marca y modelo del teléfono móvil escogido, dónde residía el problema era en la factura de consumo telefónico que finalmente pagarían les Corts, es decir, ustedes y nosotros. Resultaba bochornoso que en estos momentos de apreturas económicas para toda la ciudadanía (o casi toda, ya ven que un juez ha dictaminado que José Luis Olivas, a pesar de su imputación, necesita disponer mensualmente de 3.500 euros) sus ilustrísimas fueran víctimas del consumismo propio de adolescentes y quisieran lucir “manzanita” a costa de todos. Lo de unos portátiles potentes se podía entender, pero lo de los móviles, no. Si quieren presumir de tecnología “de marca”, lecturas psicológicas a parte, que se lo paguen ellos.

Ahora nos enteramos que algunos de los diputados estarían cediendo su móviles a familiares para su uso (como pasa en otros ámbitos de la administración), tal como indica el informe que ha hecho llegar a la mesa de les Corts y a la junta de portavoces, el jefe del Servicio de Informática, Agustín Ruiz. Así que ya ven, cuando se auditan las direcciones de las páginas web del Congreso de los diputados, la mayoría son de páginas de descarga de contenidos ilegales y cuando se dan teléfonos móviles de trabajo a nuestros parlamentarios, acaban sobrecargando el consumo para un uso nada laboral. ¿Esto era “la nueva política”? Desgraciadamente este tipo de pequeños detalles son los que acaban enfadando al ciudadano y lo que es peor, minando su confianza en las instituciones y en los políticos. Por favor, ya está bien de la barra libre y del abuso a costa de los impuestos de todos.

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