El ministro Montoro nos tiene manía. Nos ahoga y aprieta hasta asfixiarnos. Ya no podemos más. Nuestra economía y nuestras finanzas no podrán funcionar hasta que Cristóbal Montoro abandone el Ministerio de Hacienda del Estado español. Está visto y comprobado que, bajo su cargo, las relaciones entre la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España se han tornado anormales. Madrid necesita un cambio en esa materia, no sabemos si de rostro o de color, para recuperar la normalidad, el diálogo y el clima para un pacto que garantice la igualdad de los valencianos con el resto de ciudadanos españoles.
El recorte de 63 millones de euros de los ingresos que el ministerio de Montoro debe transferir a la Generalitat en compensación por la deuda generada por el anterior gobierno autonómico, al no aportar a Hacienda las retenciones de los funcionarios de la Comunitat, es un ataque a los derechos de los valencianos. Es un varapalo más a la ya de por sí larga lista de atropellos a lo que nos corresponde como pueblo soberano. Una puñalada trapera, fundamentada y justificada por las irregularidades del anterior gobierno de la Generalitat, de su mismo partido, los del azul marino y el blanco gaviota.
Montoro, como ya han exigido algunas voces de la política valenciana, debería ser declarada ‘non grata’ en nuestra tierra. Parece que, en vez de llevar a cabo sus funciones e intentar arreglar el desaguisado de las cuentas valencianas, consecuencia de su infrafinanciación; lo que realmente persigue es un único e ilegitimo objetivo: trabar la labor de gobierno del nuevo Consell de Puig y Oltra. Con ello, pretende adjudicar el hundimiento de las finanzas valencianas, producto de su permisividad con el Ejecutivo de Fabra, al nuevo gobierno. No sabemos dónde quedamos los valencianos de a pie en esa pelea política, de baja clase, por cierto.
¿Cómo se supone que piensa Montoro que vamos a financiar los servicios que se prestan desde la Generalitat?