Bravo, doña Gabriela

El nuevo IVF, ¿germen de una banca pública valenciana?

Con las generales en el horizonte tengamos claro que la economía, justamente por su estado y su importancia, va ser noticia de portada casi a diario; y para muestra un botón, oportunista, pero un botón al fin y al cabo: el gobierno central decidió ayer viernes bajar la luz. Ara mare?! que diríamos en valenciano. Los consumidores se han pasado toda la legislatura clamando en el desierto, pero ya ven, aquellos que criticaban las medidas populistas de Zapatero (los 400€ del IRPF, los 2.000€ por nuevo nacimiento, etc.) ahora siguen la misma senda…

Pero vayamos a la realidad económica y financiera valenciana, ese erial que nos han dejado en herencia los gobiernos de Camps y Fabra. Arruinadas, expoliadas y finalmente entregadas a Madrid y Barcelona nuestras entidades financieras (CAM y Bancaja) o vendido por un vergonzante euro (Banco de Valencia), queda decapitada cualquier posibilidad de riesgo en inversión para nuestros empresarios. Según nos cuentan al acudir a las entidades que han absorbido a las históricas valencianas se encuentra con que los nuevos interlocutores sopesan con empresarios madrileños o catalanes si esa inversión podría perjudicarles y en función de esa información deciden si sí, o si no. Por este motivos entre otros, el gobierno de Ximo Puig (como llevaban en el programa electoral las dos fuerzas que lo sustentan) tiene previsto revitalizar el Institut Valencià de Finances (IVF). Su nuevo director, Manuel Illueca, afirmaba ante el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, que tiene previsto refundar el IVF y abrirlo a los valencianos y no solo a los empresarios; matizaba que esta institución debe ser un instrumento al servicio del conjunto de la sociedad. Se trata sin duda de tratar de ayudar ante la crisis que afecta tanto a las empresas como a las familias y estos movimientos, junto a otros también importantes (reunión con Juan Roig, con José Ignacio Goirigolzarri, llamada telefónica a Mariano Rajoy y próxima reunión en Moncloa, reunión con la cúpula de la patronal, la promesa de la puesta en marcha de un modelo productivo que procure nuevos puestos de trabajo, etc.) denotan que Puig se ha tomado muy en serio la política económica del Consell y no puede ser para menos. El presidente del gobierno valenciano es consciente de que esta es la primera prueba de fuego para el ejecutivo, ya que los ciudadanos, a pesar de todo, pueden pasar por alto muchas promesas electorales y buenas intenciones, pero si no cambia rápidamente la situación económica, los parabienes se tornaran en críticas despiadadas que podrían poner en riesgo la propia continuidad del Consell.

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