Bravo, doña Gabriela

El Senado y el estado de algunas infraestructuras españolas

La reunión celebrada ayer entre la consellera de vivienda, María José Salvador, y su homólogo aragonés, José Luis Soro, pone en evidencia la necesidad de entendimiento de los valencianos con nuestras comunidades autónomas, eso sí, entre iguales, de tú a tú. Ambos consellers reclaman la urgencia en algunas infraestructuras del Estado que podrían ser muy beneficiosas para las dos autonomías, al fin y al cabo, para todos los españoles. Claro, que esta petición nos recuerda rápidamente esas infraestructuras paridas desde Madrid solo para contentar a unos pocos o para la búsqueda del voto en elecciones. Evidentemente nos referimos a los trenes de alta velocidad entre Madrid y Sevilla o Madrid y Valladolid sin conexión con el resto de la alta velocidad española, pero que aún así pagamos todos.

Mientras Felipe González o José María Aznar se vanagloriaban de esas dos infraestructuras, los valencianos de las comarcas del norte y los aragoneses, continúan sin tener una buena vía de comunicación con la costa. Lo que es la salida natural de Aragón al mar (la N232), continúa en un estado deficitario, a pesar que su adecuación podría reportar beneficios económicos para todos. No es la única actuación en infraestructuras que reclamaban, la línea férrea que comunica los dos históricos reinos, también necesita de una actuación (y su consiguiente inversión consignada en los PGE) que la modernice y mejore el tráfico de viajeros y mercancías. Pero la infraestructura en la que más énfasis ponen estas dos autonomías, y no solo ellas, también Andalucía, Murcia y Cataluña, es el celebérrimo Corredor mediterráneo. Lo más grave que la reclamación no solo se hace desde España, también desde Europa que parece que no acaba de entender como el Estado se dispara en el píe, la entorpecer la puesta en marcha de una vía de comunicación tan fundamental como esta. De convertir el Senado en una verdadera cámara de representación territorial, este tipo de decisiones se tomarían en este foro y no desde Moncloa según la apetencias de su inquilino de turno o del interés electoral de su partido. Esperemos, por cierto, no tener que sacar números y ver cuánto ha invertido España en los últimos años en las comunidades pertenecientes a la antigua Corona de Aragón y el resto, no vaya a ser que todos nos llevemos una (desagradable) sorpresa.

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