Bravo, doña Gabriela

¿El último domingo de Rajoy en La Moncloa?

Si los despachos del Rey Felipe VI pretendían dilucidar una opción de gobierno, tarea muy compleja, no han hecho más que convertir en un halo difuso la luz del final del túnel. La mayoría de candidatos han renunciado a las líneas rojas que parecían inamovibles en un primer contacto, han hecho ofertas a quién dijeron que nunca apoyaría y donde dijeron digo, ahora dicen Diego, Pedro, Pablo, Mariano o Albert.

La última noticia, polémica a la par que sonada, señalan que Rajoy no someterá a votación a investidura y ha renunciado al turno que le corresponde por ser el candidato de la lista más votada. Se pueden realizar varias lecturas: la más superficial es la que interpreta Mariano Rajoy, teniendo en cuenta que no va a poder obtener los apoyos necesarios para gobernar, deja paso a Pedro Sánchez, para que intente formar gobierno. Sin embargo, si Pedro Sánchez no alcanza pacto, Rajoy no descarta emprender un intento de investidura. Por lo que no es tan absurdo pensar que lo que ha hecho el hábil presidente en funciones es pasar la pelota del desgobierno y el desacuerdo a su homólogo socialista, para recogerla una vez no quede ni rastro de Sánchez.

Otro escenario es que, finalmente, Sánchez consiguiera lo imposible: cerrar el pacto con IU y Podemos, como señaló Pablo Iglesias, aceptando condiciones contrarias a sus estatutos fundacionales, y conseguir la abstención de partidos nacionalistas como Democràcia i Llibertat, ERC o PNV. Algunos pasos adoptados por el PSOE, como la cesión de un senador castellonense a Esquerra o la presencia del PNV en los aparatos institucionales de representación camerales, dan a entender que ya se ha avanzado en el camino hacia esos apoyos.

Si se llega a una investidura de Sánchez la próxima semana, este puede ser el último domingo que Rajoy lea la prensa matinal, habano en mano, desde La Moncloa. No obstante, algo nos hace presagiar que quizás le queden algunos días más como inquilino. No cuatro años más, cosa que parece prácticamente imposible, pero sí hasta que se clarifique qué coalición obtiene, tras arduas negociaciones, un modelo de país para la próxima legislatura. Los tiras y afloja nos situará a los españoles ante un cambio radical, un cambio más seguro o, directamente, el puro y duro inmovilismo.

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