Más allá de las correcciones que puedan suponer las reclamaciones de algunos partidos, parece que el resultado de las elecciones catalanas celebradas ayer da argumentos para todos los gustos. Por una parte los partidarios de la independencia podrán esgrimir que tienen suficiente mayoría parlamentaria para armar un gobierno catalán que trabaje hacia la independencia: Junts pel sí 62 y CUP 10 diputados respectivamente, la suma supera en 4 parlamentarios la mayoría absoluta situada en 68. Los partidos “unionistas” (Ciudadanos, PSOE y PP) quedan, con 52 diputados, muy lejos de esa mayoría. Pero si atendemos a los votos, las listas contrarias a la independencia suman mayor número de sufragios con un 52%, frente a las de los partidos independentistas con un 48%. Las lecturas de estos guarismos, todas interesadas, serán para todos los gustos, y permiten hablar de que la mayoría de los catalanes han votado en contra de la independencia aunque tendrán un gobierno que, aparentemente, caminará hacia ella. Y si no, peguen un vistazo a las portadas de los periódicos de Madrid y de Barcelona y verán de qué estamos hablando…
Pero a los valencianos, los análisis que se puedan hacer de los comicios catalanes no nos afectan directamente. Los hechos sí, porque lo que es seguro es los catalanes caminan firmes hacia una mejora de su sistema de financiación y esto, no les quepa la menor duda, irá en detrimento justamente de un equilibro estatal del que siempre salimos perdiendo los valencianos. Porque la mejora de las cuentas catalanas alguien las tendrá que pagar, y si exceptuamos a vascos y navarros que hace tiempo que solventaron este problema, volveremos a ser los valencianos, una vez más, los contribuyentes netos a la caja común española. Así que, construyamos un buen discurso que impida que los valencianos seamos los “paganos” de las ansias independentistas de los catalanes, o España seguirá sin ofrendar glorias al Pueblo valenciano.
Otras lecturas en clave doméstica permiten preguntarnos, después del descalabro de Podemos en las elecciones de ayer, si a Compromís le continúa interesando concurrir junto a este partido a las generales de final de año. La bajada de escaños, y en este caso también de votos, de PSOE y de PP y al igual que en nuestros comicios del pasado 24 de mayo, deberían hacer plantearse en Blanquería y Quart si deben cambiar su discurso y dotarlo de trazos más reivindicativos.