Bravo, doña Gabriela

Financiación autonómica valenciana: unanimidad en les Corts, acuerdo histórico

Después de una maratoniana jornada de más de 5 horas, por fin ayer tuvimos acuerdo de todos los grupos parlamentarios en Corts para pedir al Estado una mejor financiación para los valencianos. Es de saludar que en este asunto no se hayan antepuesto los intereses particulares de cada grupo político y hayan, tots a una veu, aprobado una propuesta de resolución exigiendo al Gobierno central una reforma “inmediata” del sistema de financiación de los valencianos. Además, se pide que esta reforma tenga carácter retroactivo a fecha 1 de enero de 2014. También han coincidido todos los partidos parlamentarios en pedir el reconocimiento de la deuda histórica y en la necesidad de implementar un mecanismo que la compense. No queda ahí la cosa; nuestros diputados también se han unido para solicitar del Estado la ejecución de inversiones en infraestructuras equiparables, como mínimo, al peso de la población valenciana.

Así, que quedará para la historia esta propuesta de resolución que lleva las firmas de Isabel Bonig (PP), Manolo Mata (PSPV-PSOE), Fran Ferri (Compromís), Carolina Punset (Ciudadanos) y Antonio Montiel (Podemos). Ellos son nuestros representantes y el pasado 24M los elegimos para resolver nuestros problemas colectivos. La petición, además de ser justa, está destinada a poder garantizar la prestación de servicios básicos de nuestra población, como sanidad y educación, y además, frenar el alarmante nivel de endeudamiento de la Generalitat. Conviene recordar que siendo los valencianos del 11% de la población española, estamos recibiendo fondos del Estado como si solo representáramos el 6%, es decir, eramos tratados como ciudadanos de segunda. Ahora el reto de Ximo Puig será convencer al próximo inquilino de la Moncloa, repita Rajoy o cualquiera que los substituya, de que de no atender esta demanda de los valencianos, además de poner en riesgo la viabilidad de las instituciones autonómicas valencianas, significaría un desprecio del Estado hacia nuestro Pueblo tan grande como la cantidad de deuda histórica generada en estos últimos años.

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