VALENCIA NEWS

Good Bye, Imelsa

La gran empresa de la Diputación de Valencia, Impulso Económico Local Sociedad Anónima, más conocida como Imelsa, pasa a llamarse ahora Divalterra. Un cambio de nombre con el que la Diputación pretende enterrar los viejos, o no tan viejos, fantasmas de esta empresa pública sacudida por la corrupción. Una empresa marcada por los escándalos de los presuntos cobros de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas y que salpicó a grandes ex altos cargos de la institución provincial, como al propio y ahora ya ex presidente Alfonso Rus. ImelsaImelsaImelsa

El cambio de nomenclatura es, sin duda, un paso para recomponer la reputación de una entidad marcada por un pasado que nos ha costado a los valencianos unos cuantos millones de euros, pero también con un futuro, quizás incierto. La nueva gerencia habla de que su nuevo rumbo pasa por la dinamización económica de los municipios, con programas como la mejora de los polígonos industriales y las áreas comerciales locales de la provincia con el fin de generar empleo. Pero son muchas sombras oscuras las que planean sobre Imelsa, ahora Divalterra.

Por eso, la tarea que les espera a los nuevos gerentes pasa por limpiar, primero, su imagen. No solo con meras intenciones, sino con hechos. Eso es lo que con el cambio de color de la institución provincial espera la ciudadanía, que se muestra cada vez más escéptica con la viabilidad de las diputaciones provinciales.  ImelsaImelsaImelsa

Al final, se trata de que el cambio de nombre no sea una declaración de buenas intenciones y de que los valencianos y valencianas no se vean a abocados a recurrir a la expresión: Son los mismos perros con diferentes collares.  La Diputación, capitaneada por el socialista Jorge Rodríguez, sabe que está en el punto de mira, sabe que Imelsa es una losa muy pesada y ya ha dado un primer paso. Pero con solo un paso no es suficiente.

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