Vicent Marzà

La crisis Marzà, una crisis de vergüenza

La crisis Marzà, una crisis de vergüenza. Estaba cantado que el posicionamiento ideológico de más de un cargo a propuesta de la Coalición Compromís iba a costar más pronto que tarde algún disgusto a más de un miembro del Consell. ¡Tate! Lo que no se esperaba es que fuera la primera gran crisis del Gobierno valenciano. Puede que por eso -ser la primera y lo delicado del tema- se le quiera dar una rápida capotada al conseller Marzà y, más aún, estando sangrante la división interna causada por el resultado del referéndum sobre una posible coalición de Podemos e Iniciativa con Compromís.

Los valencianos nos merecemos más respeto desde nuestras Instituciones, no este paripé en el que por arte de birlibirloque se quiere aparentar que aquí no ha pasado nada. El primero en salir a defenderse debe ser el causante del daño, no Mónica Oltra, por mucho que fuera decisión suya el nombramiento. Mamá no está siempre y cada uno -y más siendo conseller- debe hacer frente a sus responsabilidades y, más aún, cuando -en palabras de Oltra- eso lo dijo antes de pertenecer al Gobierno. Entonces, si a las palabras de Marzà no quiere dedicarles importancia porque aquéllo lo hizo antes de ser quien es, ¿por qué tiene que salir ella a decir nada? Si de verdad ella se cree que no son competencia suya ¿por qué sale a inmiscuirse en la intimidad de las personas? Por algo habrá salido en defensa de Marzà.

Por algo habrá salido ella y no la máxima autoridad del Consell, que ni tan sólo se ha referido al caso. ¿Eso es porque las palabras de Marzà fueron antes de pertenecer al grupo de trabajo de Ximo Puig y por eso Ximo no opina? ¿Puig calla porque ese conseller no es de su formación? ¿Alguien mandará sobre todos los consellers, o no? ¿O Ximo lo que intenta es que el asunto no le salpique porque mientras Compromís se encargue de la política lingüística y cultural -idéntica a la suya- menos desgaste le provocará?

Sea cual fuere la respuesta: esto es más que una tomadura de pelo. El curso está a la vuelta de la esquina. Alerta estaremos todos de lo que pueda pasar en estas dos consellerías tan significativas para los valencianos. Los mismos que se han quejado que en el anterior Gobierno nadie dimitía son ahora los mismos que ni tan sólo piensan en asumir responsabilidades.

Y mientras, Vicent Marzà como Wally: todo el mundo en su búsqueda y él sin respirar. Puede que esté disfrutando de unas vacaciones forzadas junto a Curro, aquel perro -ahora millonario- que le tocó la extra de verano de la ONCE. Madurez, señores, y al toro, por los cuernos.

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