La naranja, el cítrico más característico de Comunitat Valenciana, quizás el que más vertebra a nuestro territorio, es una vez más una de las más afectadas por la competencia desleal y la falta de apreciación por parte de los consumidores locales. No deja de ser paradigmático que los propios valencianos, o una gran parte, no hagamos aprecio del rico cítrico que crece en nuestros campos e importemos piezas desde la otra parte del mundo, mientras que las que nacen aquí, se exportan a otros mercados que sí aprecian esa calidad. El último frente al que deben plantar cara los sufridos productores locales, viene de Sudáfrica y tiene mucho que ver con las enfermedades fitosanitarias.
El Consell de la Generalitat Valenciana exigirá al Gobierno de España y a la Comisión Europea que actúen frente a las importaciones de cítricos procedentes de Sudáfrica, ante el peligro de que se introduzca en la cuenca del Mediterráneo el ‘citrus black spot’, también conocido como mancha negra, causada por el hongo de cuarentena Phyllosticta citricarpa. Se hace más necesaria que nunca una postura fuerte del Consell en Europa, para pelear por la supervivencia de la naranja valenciana.
No obstante, la naranja es solo un ejemplo, clave, de cómo las industrias tradicionales y estratégicas valencianas se hunden frente a la competencia, en muchos casos desleal, de productos que llegan desde fuera de las fronteras de la Unión Europea, muchas veces sin los necesarios controles fitosanitarios o de otro tipo, tales como la seguridad de los trabajadores y los derechos de los mismos. En todo este asunto no debemos olvidar la responsabilidad que tenemos los consumidores, pues en nuestra mano está el favorecer a los productores valencianos, algo que, además de ayudar al agricultor, favorecerá al medio ambiente, al evitar que los productos que consumimos deban atravesar miles de kilómetros hasta llegar a nuestras despensas.
Se hace necesaria ahora más que nunca una postura fuerte del Consell para que de una vez por todas, la ‘taronja’ sí funcione.