Bravo, doña Gabriela

La vertebración política valenciana, asignatura pendiente

Con la publicación de los nombres que componen el Consell y su estructura no pasa inadvertido el nuevo nombre de algunas conselleries. En concreto la de Vivenda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, que regenta la portavoz del PSPV-PSOE María José Salvador, y la última parte de su departamento, aquella que afecta a la vertebración. Esta es la verdadera asignatura pendiente no solo de todos los gobiernos valencianos desde Joan Lerma, también de todos el Pueblo valenciano. Es cierto que la provincialización, allá por el s. XIX, no ayuda demasiado, pero tampoco la utilización de las mismas en las guerras internas de los partidos; recordemos como José Joaquín Ripoll en su batalla contra la dirección del PPCV alentaba absurdos odios entre valencianos blandiendo la discriminación de la “provincia de Alicante” como arma arrojadiza. En la Valencia foral se era valenciano de Morella o Segorbe o de Xixona o Orihuela, pero nunca “castellonense” o a “alicantino” de estas villas reales. Está muy claro que cuando Madrid ordena y ejecuta la acción de dividir en estas demarcaciones a los valencianos, lo hacía por aquel viejo principio de “divide y vencerás”, y así nos ha ido…

Pero todavía estamos a tiempo, por lo menos de cara a las generaciones venideras. Siendo el valenciano un territorio relativamente pequeño, no pasaría nada si se “diseminaran” algunos organismos públicos de la administración de la Generalitat, incluso alguna conselleria por diferentes localidades valencianas. Evidentemente, y como dice el Estatuto, si alterar en absoluto la capitalidad de Valencia y por tanto, su estatus de sede del Consell (ejecutivo), de les corts (legislativo) y la Ciutat de la Justícia (judicial). Todo serían ventajas: se repartiría la actividad económica paralela que generan los organismos públicos (transporte público, restauración, etc.), se fomentaría la identificación de todos los valencianos, y no solo los del Cap i casal, con nuestras instituciones, y sobre todo, se conseguirían extinguir los rescoldos interesados del provincianismo que no hacen más que crear división y además, no se haría en pos de acabar con ellos, si no porque generar mayor cohesión social. Esperemos que la consellera Salvador tome muy en serio la vertebración de los valencianos y nuestro territorio, y con el tiempo se cambie el nombre de la conselleria.

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