Bravo, doña Gabriela

Libertad horaria, decisión salomónica

La libertad horaria ha sido uno de los primeros quebraderos de cabeza a los que se ha enfrentado el nuevo gobierno del Ayuntamiento de Valencia, y no es para menos, los partidos que conforman el tripartit que desde mayo gobierna el Cap i Casal – Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú, la marca local de Podemos-. Las posturas que a priori parecían totalmente enfrentadas alcanzaron ayer un acuerdo in extremis que permitirá la existencia de dos grandes zonas con libertad horaria y que cerrará otras tres, del total de cinco que disfruta actualmente la ciudad. Libertad horaria, decisión salomónica.

El concejal del ramo, Carlos Galiana, de Compromís, había dado un ultimátum a las partes implicadas –el pequeño y el gran comercio- para alcanzar un acuerdo, de lo contrario, el ejecutivo eliminaría por completo las zonas existentes donde se permitía abrir también domingos y festivos. Los pequeños comerciantes se habían plantado ante lo que consideraban una competencia injusta y desmedida por parte de las grandes superficies, y los grandes comercios habían anunciado recurso ante el anuncio de cierre.

Finalmente la solución no podría haber sido más salomónica. Imitando al rey bíblico, las partes, y también el Ayuntamiento, permitirán que el centro de la ciudad, incluyendo la Calle Colón y la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que comprende los Centros Comerciales de El Saler, Aqua y El Corte Inglés. No obstante, a día de hoy son muchas las incógnitas que quedan encima de la mesa, ¿por qué unas zonas sí tendrán libertad horaria y otras no? ¿habrá recurso por parte de centros comerciales afectados por el cierre, como Arena o Nuevo Centro? ¿qué postura tomará el pequeño comercio del centro de la ciudad?

La solución salomónica de otorgar la libertad horaria a unos sí y a otros no, que puede hasta suponer algún tanto para el ejecutivo que dirige Joan Ribó, sólo ha sido una primera salida del paso en esta complicada situación a la que se enfrenta la ciudad de Valencia. Una urbe cada vez más turística y cosmopolita que mira de frente a las grandes ciudades europeas pero sin renunciar a sus tradiciones y costumbres, en definitiva, a su manera de vivir.

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