Bravo, doña Gabriela

Los 1.300 millones que nos corresponden no son una «invención»

El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, tiene toda la razón. Los 1.300 millones que nos corresponden y que deben llegar a través de una reforma de la financiación justa, han sido incluidos en la partida de ingresos de los Presupuestos de la Generalitat Valenciana 2016 porque han de llegar, sea como sea. No son una invención, como ha señalado el diputado del PP en Les Corts Valencianes Rubén Ibáñez.

No son una invención que los valencianos merezcamos, como mínimo, lo mismo que el resto de españoles. No es una invención garantizar un tratamiento sanitario público y de calidad a los habitantes de la Comunitat Valenciana. No son una invención que existen barracones en los institutos y colegios públicos, que la situación del profesorado es de extrema precariedad y que muchos estudiantes abandonan sus asientos en las universidades por no poder asumir el gasto de las matrículas. No es una invención que hay enfermos dependientes a los que se les ha estado dejando morir con ayudas irrisorias que, de la noche a la mañana, se redujeron, junto a los porcentajes de minusvalía por un milagro que aún nadie ha explicado

Nos parece que es una posición valiente la de asumir en un documento de tal importancia aquello que hoy por hoy no ostentamos, pero que, sin duda, nos pertenece. Es arriesgado porque puede seguir topándose con la negativa de un Partido Popular en el Gobierno, en el caso de que se produzca una abstención por parte de los socialistas para otorgar una presidencia al PP. Pero han dicho que no, por activa y por pasiva. Si eso ocurriera, según Soler, la situación de la Comunitat Valenciana se arreglaría acogiéndose al famoso método del FLA extraordinario que bien conocen los populares. Pero también muestran, como hemos dicho, la valentía del que es consciente que debe dejarse la piel para conseguir lo que los ciudadanos reclaman.

Cuando alguien pone las cartas sobre la mesa para defender los derechos de los valencianos, por no usar una expresión malsonante, nos gusta y mucho.

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