Los Reyes Magos traerán un móvil en vez de un juguete, hay que hacérselo mirar. Es sorprenderte, al echar un vistazo entre estadísticas y las cifras que se desprenden de éstas, conocer que uno de cada dos padres de la Comunitat Valenciana regalará un dispositivo móvil a sus hijos en Reyes, principalmente un ‘smartphone’ o una ‘tablet’, según datos de un estudio realizado por holaMOBI y recogido por Reticare. Así, el 49 por ciento de los padres pedirá en la carta a los Reyes Magos, al menos, un dispositivo móvil. Un total de 211.000 niños de entre 10 y 15 años de la Comunitat ya tienen un teléfono móvil, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, apenas un 0,5 por ciento dispone de una protección adecuada en estas pantallas.
Cada uno educa a sus hijos a su manera. Los bebés no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo y cada cual instruye a sus pequeños de la mejor manera que puede. Pero hay que salirse de la tónica de considerar a las nuevas tecnologías un avance, sin tener en cuenta o no pensar demasiado en sus contras. Es brutal el volumen de información personal que se capta a través de estos dispositivos, de la mano de los cerebros privilegiados y malignos del cibercrimen. Como diría el experto en seguridad informática, Chema Alonso, «los malos siguen existiendo y ahora no van con pasamontañas. Los malos existen y están en Internet, saben mucho y, si no saben mucho, tienen tantísimo dinero que pueden permitirse contratar a otros que saben mucho más que él y que nosotros».
Tener la idea de colocar un dispositivo móvil con conexión a Intenet en las manos de un niño de 10 años es, como diríamos los valencianos en estas situaciones, para hacérselo mirar. Es cierto que los niños de hoy en día son nativos digitales y viven rodeados de tablets, móviles, ordenadores… que aprenden a hacer funcionar desde bien pequeños. Algo que es muy bueno y facilita su desarrollo y aprendizaje, pero siempre que sea bajo la atenta supervisión de un adulto. Si la red de redes es peligrosa para un adulto, imagínense para un niño. Un móvil no es un juguete.