Las perspectivas y expectativas del nuevo gobierno de Rajoy

Papel mojado

A pocos días de que empiece el curso político, eso sí con un Gobierno en funciones, la amenaza sobre unas terceras elecciones planea con el gran desconcierto al que los políticos nos están sometiendo. Ciudadanos puso sobre la mesa sus condiciones para apoyar la investidura de Rajoy; unas condiciones denominadas como el pacto anticorrupción y que el PP, finalmente, aceptó.

Y tras su acuerdo, escenificado con la firma del citado pacto anticorrupción, sus llamamientos a la responsabilidad del PSOE para desbloquear la situación política del país han sido constantes. ¿Responsabilidad? No es el PSOE el que debería tener la última palabra, pero así parece que vaya a ser. Y su no a la abstención sigue siendo rotundo. Pero poco ayuda a dar un giro a la situación el hecho de que Ciudadanos ceda a relajar parte de las medidas que propuso, especialmente en lo se refiere al caso Bárcenas y a los cargos públicos imputados.

De hecho, según informaba el periódico La Voz de Asturias, el portavoz de Ciudadanos en el parlamento asturiano, Nicanor García, declaró que la exigencia de la dimisión de los cargos imputados por corrupción solo afecta a los representantes de ámbito. Su argumento es que pedir renuncias en ayuntamientos y parlamentos autonómicos significaría «una pequeña revolución».

Y mientras, Rajoy, con todo su derecho y como buen patriota, relajado y no perdiendo detalle de las Olimpiadas.

Esto, estarán ustedes de acuerdo, no ayuda mucho a que puedan obtener un cambio de posición por parte de las filas socialistas. Sus argumentos para el no son ahora más contundentes y a ello se aferra un Pedro Sánchez, al que le crecen los enanos por varios lados.

Nos espera, pues un mes de septiembre, igual de revuelto que los últimos meses. Nada claro en los despachos, con pactos que parecen ser papel mojado y España agonizando.

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