Tiemblan las redes sociales y tiembla especialmente Twitter. Nos encanta pelar al famoso de turno que ha metido la pata, con más o con menos razón. Y es que para eso las redes sociales son el lugar idóneo. Anonimato, inmediatez y abundancia de faltas de respeto abonan el campo de cultivo para que opinólogos y sabelotodo, hagan escarnio público de cualquiera. La última víctima de Twitter ha sido la presentadora de televisión Silvia Jato, quien se refirió a Valencia, no se sabe demasiado bien si conscientemente o por un lapsus como ese ‘pueblecito’.
Desafortunado es el comentario, desde luego. Pero no caigamos en el error de creer que hay una conspiración en las más altas esferas contra los valencianos y contra Valencia. Nos rasgamos las vestiduras con nimiedades mientras pasamos por alto vergüenzas como la corrupción, la destrucción de nuestro territorio o los recientes incendios. Hay que indignarse en su justa medida. No puede ser que defendamos y votemos a un partido, sea el que sea, que mal gobierna y despilfarra, o que tienen más intereses en otras regiones que en la nuestra, y que luego nos indignemos hasta límites insospechados si nos llaman ‘pueblecito’.
Exijamos respeto, sí. Pero exijámoslo a la hora de tener una financiación justa. Exijámoslo a la hora de reclamar a nuestros gobernantes una actitud de servicio y sacrificio y no de enriquecimiento ilícito. Cuidemos a Valencia, la Comunitat Valenciana entera. Seamos serios, arriesgados, exigentes, creativos… Pero no caigamos en el juego de las lamentaciones. Miremos bien quién, históricamente, ha impedido el progreso y la igualdad de los valencianos para con otras regiones de España, pues son ellos, los responsables de que nuestra tierra no reciba un trato justo e igualitario los que de verdad piensan que somos un ‘pueblecito’.
Enfádense con Silvia Jato si de verdad les ha dolido en el alma, pero por favor, exijan a los que de verdad pueden cambiar las cosas que dejen de tratar a esta tierra como un ‘pueblecito’.