Bravo, doña Gabriela

Señor Iglesias: al cielo se llega con votos, no por asalto

Señor Iglesias: al cielo se llega con votos, no por asalto. Llega la segunda votación de investidura del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez. Una votación que, previsiblemente, se saldará con un “no” del Congreso de los Diputados a Sánchez, excepto los 130 diputados que suman Ciudadanos y PSOE, más la abstención de Coalición Canaria, que sumaría algún escaño más a favor de los socialistas.

Pablo Iglesias señala como puntos para el desacuerdo que el PSOE “no ha nombrado en su acuerdo con Ciudadanos”, como la reforma del artículo 155 o la modificación de la Ley Mordaza, cosas que sí que están incluidas en ese documento y que Podemos se empeña en no ver, no sabemos si por estrategia

Según llega a nuestra redacción por parte de diversas fuentes, mucha gente en el seno de Podemos está pidiendo que se apoye a Pedro Sánchez para conformar un gobierno de cambio. Hasta la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se ha pronunciado a favor de un gobierno transitorio que sirviera a Podemos para ganar presencia.

Pablo Iglesias tiene que entender que los cielos, cuando se alcanzan por asalto, se convierten en infiernos. Esos cielos metafóricos, tan utilizados por la corriente intelectual de la nueva izquierda, se alcanzan obteniendo suficiente apoyo en las urnas. Obtener 69 escaños, junto con tus confluencias territoriales, es un gran desembarco, pero muy lejano a la legitimidad de liderar nada. Toca arremangarse y trabajar. Tiene que entender que quizás tenga que ceder de primeras, que negociar no les convierte en casta, que aquí no hay buenos y malos, sino visiones distintas -más integradoras y más excluyentes, más igualitarias y más elitistas, más progresistas y más conservadoras-, pero, en definitiva, diferentes ópticas de un mismo prisma.

Cambiar y ser artífice de un cambio no es rememorar a Breznev y la Unión Soviética en plena jornada en las cortes. Cambiar es ser capaz de abrir la mente, tender puentes y dialogar mucho, peo que mucho.

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