Señaras y señores, hagan sus apuestas. La maquinaria electoral ya se ha puesto en marcha y todos los partidos políticos apelan a la gran importancia de la ‘fiesta de la democracia’. El objetivo: evitar el previsible y temido abstencionismo, más beneficioso para unos que para otros.
Aunque España no ha dejado de estar en constante precampaña electoral desde el 21 de diciembre, las diferentes formaciones políticas intentan acallar las voces críticas dentro de sus propias casas. Toca empezar de cero, tras los espectáculos circenses que han protagonizado en los últimos meses. Pero las encuestas hablan claro, nadie se libra de lo que la mayoría de los ciudadanos considera una burla: nuevas elecciones ante su incapacidad para dialogar.
Guste más o menos, el PP sigue en primera posición en número de votos. Sin embargo, también es consciente de que la Ley d’Hont puede dar alguna que otra sorpresa con la nueva alianza entre Podemos e Izquierda Unida (Unidos Podemos) Así, las encuestas no castigan tanto a la formación morada, que ha buscado el apoyo de quienes ignoró en las pasadas elecciones, como al Partido Socialista. Vendría a decirse que a Pablo Iglesias le salva la papeleta Alberto Garzón.
Claramente, a quien no le salen los números es al partido del puño y la rosa, que pasaría a ser la tercera fuerza electoral en número de votos, aunque mantendría el segundo lugar en número de escaños. El empecinamiento, a la desesperada, de Pedro Sánchez para formar Gobierno con Ciudadanos, sin llegar a buen puerto, no ha pasado desapercibido entre los votantes de la izquierda. Lo sabe el PP y lo sabe Unidos Podemos. Incluso, lo saben los barones del PSOE. Pero, no es hora de sacar trapos sucios, porque el reloj marca la cuenta atrás y hay que darle un vuelco a las encuestas.
Con este panorama, hasta los propios estadistas publican sus encuestas con recelo y saben que ya no gozan de la credibilidad o fiabilidad de hace unos años. Así que señores y señoras, hagan sus apuestas.