La situación política por la que atraviesa nuestro país, tras unas segundas Elecciones Generales desde aquel no tan lejano 20 de Diciembre, ha vuelto a dibujar un panorama un tanto distinto al anterior, no obstante, a pesar de ello, parece que la entente entre los diferentes partidos políticos, ya que ninguno obtuvo la mayoría suficiente y los distintos líderes políticos se han dedicado durante varios meses a poner excusas, que no líneas programáticas entre ellos.
Rajoy, que consiguió sortear la siempre complicada corrupción que afectó en los períodos de entre elecciones a feudos como Valencia o Madrid, se alzó con una victoria mucho más amplia que la anterior. Casi 700.000 votos más y 14 diputados. El PSOE, que consiguió mantener el tipo perdiendo apenas 100.000 votantes y cinco diputados, se quedó en 85, que son 84 tras la marcha del diputado de Nueva Canarias, con los que concurren por la provincia de Las Palmas, al Grupo Mixto. Rivera perdió 400.000 votos y ocho escaños, mientras que el matrimonio entre Podemos, Izquierda Unida y fuerzas como Compromís, se dejó algo más de un millón de votos por el camino pero mantuvo sus escaños.
Ahora, todos los ojos miran al PSOE. Ciudadanos no se quiere mojar, ya ha dicho que sus diputados no hacen falta para que gobierne Rajoy si el PSOE les apoya. El PNV también lo deja en manos de los socialistas. Los únicos que, más o menos, hablan claro son los nacionalistas canarios, que parecen dispuestos a apoyar una eventual investidura de Rajoy, o al menos a abstenerse.
Si algo hay claro en PSOE, Podemos y C’s es que unas terceras elecciones pueden beneficiar todavía más a los populares. Por ello, todos los ojos están puestos en el PSOE. Y mientras, en las filas del puño y la rosa, voces que contradicen a su Secretario General, Pedro Sánchez. Borrell, Fernández Vara y algún que otro líder socialista ya contemplan una abstención ‘in extremis’, a favor del PP. Estaremos, como siempre, muy atentos.