Dos incendios queman el monte valenciano. Uno en la Serra d’Espadà, que afecta a los municipios de Artana, Alcudia de Veo y Tales, y que amenaza con extenderse hasta Eslida y Onda, y otro en Tavernes de la Valldigna, nos recuerdan que no podemos tener un verano tranquilo en lo que a los montes y los incendios se refiere. Hace pocas semanas ardía también el sur de la provincia de Valencia, con importantes fuegos que afectaron en ese caso a municipios de la comarca de la Canal de Navarrés como Chella o Anna.
Una vez más conviene destacar que la prevención es la clave. De nada sirve que el Consell de la Generalitat Valenciana destine más de 82 millones de euros a la lucha contra la extinción de los fuegos que se declaran en territorio forestal valenciano. Y aunque ello supone un aumento del 21% con respecto al ejercicio anterior, una buena noticia sin lugar a dudas, no se debe nunca recortar en la lucha contra el fuego, pues no debemos olvidar que, además del enorme patrimonio natural que está en juego, se juegan vidas humanas a la hora de protegerlo.
Nunca se debería recortar en este campo. El aumento del montante económico que destina el gobierno valenciana a este respecto es totalmente positivo, no obstante, la mejor inversión en este asunto no es tanto aquella que se hace en la extinción del fuego, que también, sino en la prevención del mismo.
No debemos olvidar que además de ser una fuente de biodiversidad y un pulmón verde para nuestras tierras, los bosques son una de las más importantes señas de identidad que tenemos los valencianos, y un legado importantísimo que procurar dejar para nuestros hijos.
No permitamos que el patrimonio natural valenciano sea pasto de las llamas, apostemos por el verde.