¿Gana o pierde Cataluña?

 

 

Lo de Bárcenas empieza a ser un poco cansino, no el tema, claro, sino volver a escribir sobre un asunto en el que todo son, por ahora, conjeturas. Y lo de los EREs de Andalucía, igual. Y lo de los 800 casos de corrupción diseminados por los juzgados de este país que, según las encuestas, identifica –ay- partidos con corrupción, lo mismo.  En todos estos temas, y en muchos otros, es la opinión de cada uno la que tiñe la información que puede ser blanca o negra según se mire.

 

Por eso me asombra algo que nada tiene/tendría  que ver con especulaciones más o menos subjetivas; hablo de las cuentas, de los dineros, de eso que antes se llamaba en los cuadernos de contabilidad “entradas y salidas”. Y me asombre porque a estas alturas de estado autonómico, aun nadie nos ha explicado de verdad del por lo visto irresoluble tema de Cataluña y sus finanzas.

 

Hace unos días decía Montoro, que es el ministro de la cosa, nada menos que en el Senado, afirmaba  que la Generalitat paga sus servicios «gracias al Gobierno de España, que está aportando toda la financiación». Y un par de días después, llega el presidente  Mas a Río de Janeiro y suelta la siguiente perla:  es Cataluña «quien está financiando al Estado desde muchos puntos de vista, pagando impuestos, muchos, tantos como 16.000 millones de euros que se van fuera de Cataluña y no vuelven». ¿En qué quedamos?  Porque llevamos instalados en esta dialéctica ni  se sabe cuántos años y luego pasan las cosas que pasan: que los catalanes –no todos- se siente victimas del resto de España y el resto de España –no todo- se harta de financiar más a quienes se quieren separar.

 

La pregunta es sencilla: ¿Recibe más Cataluña de lo que aporta o aporta más de lo que recibe? Se trata sólo de usar las cuatro reglas y llegar a una conclusión para que todos sepamos a qué atenernos. ¿Tan difícil es o es que ni a unos ni a otros le interesa desmontar las dos leyendas y decirnos la verdad?

 

 

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