La CEOE advierte que el paro no bajará

La CEOE considera que la economía española encara el ejercicio 2014 con «algo de optimismo» y en este año se podría consolidar la incipiente recuperación de la actividad e incluso se podría adelantar el inicio de la creación de empleo, pero advierte de una serie de factores que limitarán el crecimiento, entre los que destaca la elevada tasa de paro, que no bajará del 20% «ni en el corto ni en el medio plazo».

Según el ‘Panorama general’ de la economía española, publicado por el Servicio de Estudios de la patronal, entre los factores que harán a la economía española más vulnerable ante cualquier episodio de incertidumbre está también la restricción del crédito a familias y empresas, «que seguirá en 2014», y el esfuerzo de consolidación fiscal del sector público. A este respecto, recuerda que la deuda pública sobre el PIB en 2014 alcanzará el 100%, «lo que situará al sector público español como uno de los más endeudados dentro de Europa y eleva la carga financiera, drenando recursos para políticas con mayor impacto en la actividad económica». A pesar de ello, destaca que la reducción de la prima de riesgo por debajo de los 200 puntos básicos, con el bono a diez años en el 3,8%, la subida de la Bolsa y, en definitiva, el retorno del flujo de capitales es una «muestra clara» de una «mayor confianza» en la economía española.

La organización que preside Juan Rosell, indica que aunque todavía no se ha publicado toda la información del último trimestre de 2013, el indicador de actividad de CEOE señala que el PIB español entre octubre y diciembre muestra un crecimiento intertrimestral positivo del 0,3%, coincidiendo así con las estimaciones del Ministerio de Economía. Por lo tanto, 2013 cerraría el año con una caída anual del PIB del -1,2%.

En cuanto al empleo, la CEOE afirma que, según los datos de afiliación a la Seguridad Social, se puede afirmar que se ha creado empleo en el último trimestre de 2013 si se tiene en cuenta los datos corregidos de variaciones estacionales, «aunque haya sido mayoritariamente temporal». Para la organización, este hecho podría estar indicando que la creación de empleo se está produciendo con tasas de crecimiento de la economía española más reducidas, «proceso que podría confirmarse en los próximos meses».

 

GANANCIA DE COMPETITIVIDAD VÍA COSTES LABORALES.

Tras incidir en la ganancia de competitividad vía costes laborales, que califica como «la más intensa de la crisis», destaca la de los precios de exportación, que han registrado un descenso continuado a lo largo de 2013, y la de los precios de consumo, debido al diferencial negativo del crecimiento interanual del IPC español frente al europeo en los últimos meses.

En cualquier caso, considera que el proceso de reformas debe continuar para mejorar los fundamentos de la economía española. «Cabe esperar que en 2014 finalice la reestructuración del sector financiero y se ponga en marcha la reforma del sector público, sin olvidar que la reforma energética está en proceso y debería de implementarse la del Mercado Único español». En esta línea, resalta que la mejora de los índices de confianza en la industria y servicios, el leve repunte del consumo de las familias, que se encontraba en niveles muy bajos, el freno de la caída de la construcción y cierto agotamiento en la destrucción de empleo marcan este cambio de tendencia, que la CEOE espera que se mantenga en 2014. No obstante, afirma que esta senda de recuperación «difícilmente» cogerá en breve periodo de tiempo el impulso de ciclos de reactivación anteriores, donde la economía española alcanzó tasas trimestrales del PIB entre el 0,5% y el 0,7%, y deja claro que la crisis aún no se ha superado.

Por último, en relación a la actividad empresarial, la patronal destaca el descenso del crédito en 2013 (-5,2% hasta noviembre) y la demora de los pagos del sector público a las empresas que le suministran bienes y servicios suponen dos restricciones financieras muy relevantes, a las que hay que sumar la subida de impuestos. Todo ello, prosigue la CEOE, unido a la falta de vigor de la demanda interna dificulta la iniciación de nuevos proyectos de inversión y, en algunos casos, advierte de que «pone en peligro la supervivencia» de la propia empresa.

Ir arriba