La cultura del ‘bocata’ ya no cuaja entre los valencianos

 

Los valencianos somos de los españoles que menos pan comemos, a la par que España es el país país europeo en el que menos pan se come, con un consumo medio de 100 gramos por persona al día, según datos ofrecidos por la Confederación de Organizaciones de Panadería (Ceopan) con motivo del Día Mundial del Pan.

Según el estudio realizado por Ceopan, el 35 % de los españoles compra pan industrial y sólo el 40 % del que se fabrica en España se vende en panaderías tradicionales con garantía de calidad. El mismo estudio ha revelado que Navarra, Castilla y León y Asturias son las comunidades que más consumen y Baleares, Madrid, la Comunitat Valenciana y Cataluña las que menos.

En esta línea, el secretario general del Gremio de panaderos y pasteleros de Valencia, Vicente Martínez, asegura a VLC News que no entiende por qué la Comunitat es una de las regiones menos panaderas puesto que en el mediterráneo existe una gran tradición de almorzar y comer un bocata,

Martínez achaca el descenso del consumo de este producto a nivel nacional a las campañas de los años 80 promovidas por los médicos y que desprestigiaban el pan al considerarlo un alimento que engordaba mucho, “nunca pedimos ninguna responsabilidad moral ni ética por estas campañas infundadas, pero sin duda fue la causa principal por lo que los españoles dejaron de comer pan”.  

“En los años 80 cada español comía una media de 70 kilos de pan al año, ahora no llega ni a los 40 y eso que los propios médicos han rectificado y presentan el producto como un alimento básico de la dieta mediterránea por ser una fuente rica en minerales, vitamina B además de tener un efecto saciante”

Asimismo, el representante del Gremio de panaderos y pasteleros de Valencia denuncia un dato alarmante, “en la medida en la que se ha descendido el consumo de pan se ha incrementado los índices de obesidad entre los niños y jóvenes”.

Este menor consumo, y la fuerte competencia de los supermercados desde que venden pan ha ocasionado que el panadero tradicional le cueste sudor y lágrimas tener la puerta de su establecimiento abierto. Martínez critica “la publicidad engañosa de las grandes plataformas ya que dicen que el pan que venden está recién hecho cuando deberían de decir que está recién cocido, pues se trata de masa congelada”.

 

LA GUERRA DE LOS PANES

Tenemos tres perfiles de empresas de pan: la panaderia tradicional y artesana de barrio, el despacho de pan low cost y las cadenas de panaderías gourmet. VLC News ha hablado con cada una de ellas para conocer este negocio que ha experimentado un lavado de cara en los últimos años.

El Horno a Leña de Virgilio Miralles lleva un cuarto de siglo vendiendo pan y bollería en el tradicional barrio de la Oliverta de Valencia. Él mismo, junto a sus empleados elabora panes artesanales, hechos uno a uno, son «pura artesanía» asegura el empresario quien añade que sus cruasanes son conocidos por toda la ciudad, «vienen clientes de todas partes de Valencia para comprarme este producto, a veces para ellos mismos y otras veces para regalar».

Miralles nos cuenta que el consumo de pan ha caído drásticamente en los últimos años, «somos el país europeo que menos pan comemos, hace unos años vendía 1.500 panes al día, ahora cerca de 400», una situación que se debe en parte a un «cambio en los hábitos de alimentación» y a la fuerte competencia de las panaderías ‘low cost’ que ofrece este producto a 20 céntimos la barra.

«Estos panes son pura química, no son sanos», critica el hornero. Asimismo relata que con la crisis los consumidores han dejado de «valorar el pan de calidad y sano» y sólo atienden a precios, y nos confiesa que si las ventas no repuntan en un año tendrá que cerrar el horno.

A unas cuantas calles nos encontramos con ‘La boutique del pan’ donde venden este producto a sólo 30 céntimos. El gerente de este comercio, Julio López, nos recibe con una sonrisa, «me va muy bien, los propios clientes promocionan el pan» y nos cuenta en qué consiste su negocio: «esta tienda sólo vende pan, yo compro grandes cantidades de pan a varios hornos de Valencia a cambio de que me lo dejen muy barato, pero es pan de calidad aunque digan lo contrario», afirma el empresario, quien también nos cuenta su historia, «me lancé a este negocio cuando me querían prejubilar el año pasado con 56 años y una paga de 400 meses al mes».

El empresario se defiende de las críticas sobre la calidad de su pan «el producto que vendo es de calidad, natural, y está hecho con mejor harina que la que utilizan muchos hornos» y manifiesta que los propios hornos del barrio incrementaron desmesuradamente el precio del pan cuando España entró en el euro y «ahora comercios como el mío están demostrando tanto a los hornos como a los clientes que se puede vender pan más barato y con calidad». Lo cierto es que desde primera hora de la mañana los clientes no han dejado de entrar y de llevarse «panes para toda la familia», como nos asegura una clienta.

La cadena de panaderias gourmet Panaria cuenta con 14 tiendas en Valencia, además de otras tantas en Barcelona, Madrid, Andalucía y Canarias, en total emplean a cerca de 250 trabajadores, casi en su totalidad mujeres. Su concepto de panadería «de autor» con una variedad de más de 20 panes ‘gourmet’ se complementa con una sala de degustación habilitada con servicio de Internet wifi, para adaptarse a los nuevos tiempos tecnológicos. «Con nosotros tienes los mejores panes del mercado, panes hechos con masa madre, sin aditivos, naturales. Panes que duran varios días y cuyo sabor te recordará a los de antaño», reza su moderna página web.

El empresario valenciano, Antonio Pérez cuenta a VLC News que tuvo la idea de crear una cadena de panaderias durante sus viajes por Europa mientras donde veía panaderías en las que «puedes comer cosas muy ricas por poco dinero» y añade que la filosofía empresarial de su empresa es «tener el mejor producto en sabor y salud a un precio popular en las mejores ubicaciones y ambientaciones posibles».

Así nos encontramos con panes fresados, multisemilla, de pimentón romero, de queso olivas… con precios que oscilan entre los 0,85 céntimos de la barra valencianas hasta cerca de los dos euros. Respecto a la creciente moda de panes low cost el empresario asevera «no nos gusta que se juegue con el pan, a eso no se le puede llamar pan» y añade «es una bomba química».

El empresario asegura que estos panes no son competencia para su negocio, «lo son para los supermercados». «Luego se quejan – los hornos- de que en 25 años se ha pasado de 72 kg a 36 kg de consumo per cápita en España, siendo Valencia una de las provincias donde menos se consume», critica.

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