SIMAP-Intersindical Salut ha avanzado este viernes que la Dirección de Enfermería del hospital La Fe de Campanar, en Valencia, ha comunicado a los trabajadores del centro que este verano – entre el 15 de julio y el 15 de septiembre- se procederá al cierre de una de las dos plantas de hospitalización que actualmente están en funcionamiento y que afectará a 23 camas.
A través de un comunicado el sindicato ha informado que esta decisión de la Dirección de La Fe de Campanar es una medida que, a su juicio, «no está justificada» y que, además, «priva a los usuarios de una correcta asistencia, porque se suma al cierre de otra planta efectuado el verano pasado».
Para el sindicato, esta decisión «no obedece a ninguna razón asistencial», ya que, según ha puntualizado, la demanda de ingresos para pacientes de paliativos y de larga duración «no decae en período estival». Además, ha destacado «la supresión de plazas de ingreso que se llevó a cabo el verano pasado» y que, según han puntualizado, «no se volvieron a abrir».
Al respecto, ha apuntado que a esta situación «hay que añadir el incremento de 80.000 usuarios nuevos que se adscribieron al Departamento de La Fe, procedentes del hospital Doctor Peset, como consecuencia de la modificación del mapa sanitario».»La única razón a la que obedece esta medida es, simple y llanamente, la de ahorrar en sustituciones de verano, sin tener en consideración las repercusiones negativas que tendrá sobre el servicio público que se presta», critican.
SIMAP-Intersindical Salut ha recalcado que esta afirmación se confirma con el anuncio, hecho por la Directora de Enfermería, de que, «en contra de la práctica habitual, el período de vacaciones del personal se modificará, pasando de ser en los meses de julio y agosto, al período comprendido entre el 15 de julio y el 15 de septiembre». Una modificación, que coincide con el período de cierre de la planta y que se hace «con la intención de no contratar personal sustituto», considera.
«JARRO DE AGUA FRÍA» AL PERSONAL
Por otra parte, ha recordado que desde un punto de vista laboral esta decisión «es un jarro de agua fría a un personal, ya de por si descontento por los múltiples incumplimientos de las garantías que desde la Dirección se les dio sobre la continuidad del centro, en el momento del traslado al nuevo hospital» y que, a su parecer, «no se han respetado».
El sindicato ha exigido a la Conselleria de Sanidad que «reconsidere su decisión» y que mantenga el «funcionamiento habitual del centro, tanto para garantizar un correcto servicio público, como para no seguir perjudicando a una plantilla que se siente engañada y maltratada».