Marear con alternativas

Lo malo que tiene postergar el estudio de la Historia en los planes docentes de las generaciones más jóvenes, es que se pierde tanto la afición a saber que ha ocurrido en el pasado, que llega a resultar extravagante hacer la mínima referencia a ello. Por ello, una y otra vez se repiten hechos que, quienes por naturales circunstancias han vivido realidades pasadas, tienen la oportunidad de ver repetidas escenas cuyos resultados les son bien conocidos.

Tenemos sobre la mesa uno de los grandes proyectos para el siglo que hemos comenzado, no sólo en inversión, que también, sino por lo que supone para el desenvolvimiento económico de una nación. Me refiero al bien conocido “corredor del mediterráneo” financiado, si nada se tuerce, con fondos europeos fundamentalmente. No pasaría de ser una reiteración de la noticia, si la cosa quedase en estos términos. Pero no; la historia nunca fue así.

Con rapidez inusitada, ha surgido ya una alternativa, no para anular el proyecto inicial, lo cual sería muy duro, sino para ampliarlo, como si los estudios carecieran de entidad, porque todo es negociable, dependiendo, como se dice ahora, de si hay voluntad o no de negociar. El novio o la novia que le ha salido al corredor mediterráneo, es el corredor central, que atravesaría los Pirineos por la zona central mediante un túnel, que como obra civil y como presupuesto haría las dichas de muchos.

Plantear alternativas o modificaciones a un proyecto bien definido, quizá pueda provocar muchos intereses, aunque dudo que de efecto beneficioso. Recordaba yo, ante esta polémica, la surgida en el año 1962, cuando, dispuestos a comenzar nuestra época desarrollista, la primera piedra para su puesta en marcha fue el Informe que el Banco Mundial realizó sobre la economía española, recomendando las tareas a acometer con inmediatez, para que el desarrollo llegara a buen término.

Al igual que la prioridad ahora es la del “corredor mediterráneo”, entonces lo fue la autopista, también conocida como del mediterráneo –la hoy AP-7–. Con la misma solicitud que ahora, se empezó a modificar la idea del Banco Mundial, sustituyendo la inicial de autopista por la costa, por el triángulo que cubriendo el mediterráneo pasaría también por Madrid. Resultado: retrasos y más retrasos y, pérdidas de tiempo y recursos. ¿Repetiremos la historia? Mucho me temo que, como siempre, sí.

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