PUBLICAR CUANDO CAREN QUIERA Aperturismo como acción

Acabo de llegar. Y la etiqueta me precede: NOVATO. Lo llevo escrito en la frente, me cargaron con la mochila rosa llena de ‘bonys’ y ‘tigretones’. Es mi penitencia por ser el el último. Y aún y con eso, mi llegada trae aire fresco

No es que me erija en solución mesiánica. Es que traigo aperturismo. ¡Qué palabra!

La RAE dice así: 

aperturismo.

m. apertura (‖ actitud de transigencia).

Afortunadamente, el castellano es rico hasta en la más absoluta miseria. Y de ahí mi licencia. Un sólo significado real, pero mil acepciones aceptadas. La que me ocupa hoy es la que debería imperar, y no lo hace, en el mundo de las consultorías de comunicación. 

Me imagino una oficina, cargada de humo, casi en color sepia, con trabajadores vestidos de gris, el tono, y un despacho al fondo, con las persianillas bajadas. Opaco. Y de pronto un grito que proviene de las entrañas de la oscuridad: 

“¿Por qué dicen esto de nosotros?”

Y entonces, como por acción sísmica, el gris se transforma en negro. Y nadie deja pasar nada. Se estudia cada palabra, con lentitud, se ejecutan tarde y mal las acciones y se comete uno de los dos errores básicos: o el silencio o la negación. 

Esto no pasaba en los años 70, cuando la estética descrita estaba en boga. No. Esto pasa hoy. Seguro que en las grandísimas cadenas de consultoría no, pero en las chiquititas, en las que se ocupan de nuestros vecinos (de los tuyos, de los mios), sí. 

Aperturismo. Vuelvo a recurrir a él. Recuerdo varios casos de cerrazón aplicados al deporte, otros a la política y uno más a la moda. En todos el común era el mismo: un responsable que se inscribió en twitter en 2013. Como dato. 

No digo que todos sean así, pero lamentablemente, el dircom 1.0 se acabó. Y el 2.0 también. Hoy hay que tener nociones económicas, de empresa, conocer los balances y las estrategias globales. Y dominar el escenario. Sea cual sea. 

“Es que llena la pantalla cuando sale”, recuerdo haber oído en casa de pequeño cuando aparecía Fernando Guillén. EPD. Pues ésa es la máxima de los consultores de comunicación hoy. Llenar la estancia. 

¿Para qué sirve ser opaco? Para no empatizar. Y si no empatizas es muy complicado que puedas transmitir. Y al fin y al cabo, ¿qué es comunicar sino transmitir mejor que el resto?

 

Aitor Pilán (@AitorPilan)

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