Los toros de julio, la gran cita contracultural de la feria de Valencia

Definitivamente se rompieron los vínculos. La polémica impulsada por el propio Joan Ribó contra el ‘bou embolat’ de las pedanías de Valencia puso la guinda. Insalvables las distancias marcadas por la política, la realidad se empeña en decir lo contrario. Y lo que dice es que la ciudad está en plena Feria de Julio (o lo que quede de ella) y que durante esta semana adquiere su mayor significado y se acaba de dotar de contenido con el inicio de la actividad taurina, con la plaza de toros de la calle Xàtiva como epicentro de miércoles a domingo. Así, ante el oficialismo, los toros serán contracultura en esta Feria de Julio.

La Gran Fira de València de hoy se ha alimentado de actos ya existentes que ha metido bajo un mismo paragüas, ha desperdigado otros por toda la ciudad, ha seguido siendo tan previsible –salvo excepciones– en su oferta de conciertos y ha ninguneado una vez más una cita taurina, que se convierte en la mayor oferta contracultural ante la cultura oficial que trata de impregnar la programación estival. La feria taurina de julio viene reivindicar su sitio y espacio, su resistencia a lo largo de los años, sosteniendo un nombre del que siempre fue referente y al que la ciudad en su conjunto ha venido dando la espalda sin que nadie se preocupara en exceso.

‘Famosas corridas de feria’ y Ribó antitaurino

Hay que remontarse a 1852, al menos, para encontrar en la ciudad de Valencia un ciclo continuado de festejos taurinos en torno a las fechas de Sant Jaume y al inicio del siglo XX para ver como el anuncio de éstos ya se hacía como las ‘famosas corridas de feria’. Un feria que se instauró como reclamo comercial de una ciudad que necesitaba ese ir y venir de gentes, y que se asentó también sobre una feria taurina que fue pionera en la programación de festejos de forma seguida, siempre alrededor de la fecha del 25 de julio y con el argumento de las más prestigiosas ganaderías y más afamados toreros, rejoneadores y novilleros como efecto llamada.

La edición de la feria taurina de julio de 2016 será especial por diferentes motivos. Uno es el evidente distanciamiento entre las autoridades municipales y todo lo que huela a tauromaquia en la ciudad. La brecha es insalvable con la población desde la prohibición del bou embolat en las pedanías. Esta decisión vino precedida por unas polémicas declaraciones del alcalde antitaurino Joan Ribó, que fue capaz de comparar la tradición taurina de Valencia con la inquisición, la esclavitud o la violencia de género con tal de justificar su extirpación. Unas formas, que, por otro lado, se han vuelto a manifestar de forma más evidente, directa y con mayor ruido mediático a través de los insultos que el antitaurinismo ha vertido en redes sociales aprovechando la muerte del torero Víctor Barrio y que ahora todas esas faltas de respeto están en manos de la justicia.

El recuerdo de Víctor Barrio

La misma muerte de Víctor Barrio marcará la Feria de Julio y el resto de la temporada taurina. No es un hecho fácil de superar y los que se visten de luces y toda la afición lo tienen muy presente. El hecho trágico, además, ha servido como revulsivo y ha unido a la gran familia taurina, que se ha reivindicado en sus valores y actitud ante la vida desde el respeto al toro, a la tauromaquia y a una manifestación cultural que se asienta sobre dos argumentos inapelables, los de la vida y la muerte. Hay que recordar que, además, el próximo 27 de julio se cumplirán 20 años del fallecimiento del banderillero Curro Valencia en el coso de la calle Xàtiva, la última muerte en el ruedo hasta la de Víctor Barrio el pasado 9 de julio en Teruel.

Roca Rey, el revulsivo de la temporada

Pero sobre el papel lo que de verdad ofrece esta Feria de Julio es una programación tan corta como intensa en la que se reúnen la mayoría de los grandes triunfadores de una temporada que cuenta con enormes revulsivos. El más destacado es el peruano Andrés Roca Rey, que con solo 19 años y diez meses de alternativa se ha subido a la cima del toreo mundial con una actitud, fuerza, seguridad y desparpajo apabullantes. Destaca su capacidad de hacer faena a cualquier tipo de toro, la facilidad con que resuelve las situaciones más inverosímiles y también cómo mantiene la atención de los públicos: Valencia en Fallas, Madrid o Pamplona ya lo han comprobado y le han visto lograr triunfos apoteósicos.

Roca Rey forma parte del cartel estrella del ciclo de julio. Está acartelado con el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y José María Manzanares, que tras su gran obra de arte en la pasada corrida de beneficencia ha revalorizado su cartel y ha profundizado en la expresión de su toreo. Los toros de El Pilar serán para la lidia a pie y los toros de El Capea para rejones.

La segunda corrida de toros anunciada está compuesta por un cartel de enorme atractivo. David Mora vuelve a Valencia tras abrir la puerta grande de Madrid. Miguel Ángel Perera, tras su ausencia fallera, es de los toreros que está defendiendo su sitio de figura con todo su arsenal. Y Alberto López Simón es el culpable de muchas de las cosas que empezaron a ocurrir la temporada pasada: en poco más de un año ha abierto cuatro veces la puerta grande de Madrid, él es el que abrió los carteles a la renovación y ahora lidera el escalafón sin bajar la guardia. La corrida serán de toros es de Victoriano del Río, una ganadería que esta temporada está marcando un enorme nivel.

Vuelven los Cuadris

Los toros de Cuadri cerrarán la Feria de Julio y con su vuelta a Valencia curarán la herida que se abrió en las Fallas de 2015. Un desencuentro entre empresa y ganadero. Será la corrida de la paz, pero con toros de Cuadri lo que se espera es casta, bravura y poder. El toro de Cuadri es un toro único, muy bajo, muy serio y muy hondo. Rafaelillo será el director de lidia. El murciano ha hecho de Valencia su casa. El año pasado con uno toro de Miura conmovió con su toreo. Luego el cartel abre dos oportunidades. Una es la de Pascual Javier, torero valenciano que quiere reivindicarse tras curtirse el pasado invierno en tierras mexicanas. Aceptar el reto de anunciarse ya es un gran paso. Román es quien cierra el cartel. Seguramente es el torero más ilusionante que ha dado Valencia en la última década o más. Esta temporada ha mostrado ambición y actitud sin límites. Su paso por Valencia, Madrid o Teruel han causado sensación, pero falta lograr el triunfo rotundo. La de Cuadri el domingo 24 de julio en Valencia parece un buen momento.
Una novillada de Santiago Domecq con Cristian Climent de El Puig, el mexicano Luis David Adame y el francés Andy Younnes para el jueves 21 y la clásica noche de la desencajonada del miércoles 20, en la que se podrá admirar bajo la luz de luna a 16 de los toros que se van a lidiar, abrirán esta Feria de Julio de toros, tan clásica como contracultural.

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