Aníbal y Escipión en la Comunidad Valenciana

¿Cómo eran estas tierras en tiempos de Aníbal y Escipión?

En puertas del otoño del 218 a.C. los cartagineses de Aníbal, tras ocho largos meses de asedio, entraron a sangre y fuego en la acrópolis de Arse, encontrando muerte y llamas por doquier. Aquel asedio se había eternizado en exceso para el Barca, pero a pesar de las cuantiosas bajas y dispendios le había servido de ejemplo de la fuerza de Cartago en Iberia a indígenas y romanos por igual. Con la caída de Arse, todo el actual solar valenciano quedo adscrito al gobierno de Qart Hadash (la actual Cartagena) Es muy probable que la ciudad ibero-púnica de Akra Leuce (hay consenso en establecer su correlación con la posterior Lucentum romana, en el Tossal de Manises d’Alacant) fuese reforzada de cara a tener otro puerto secundario y bastión aguas arriba de la gran capital de los púnicos en Iberia, pues en ella habían ya invernado las tropas de Amílcar durante la brutal campaña de castigo en la que encontró la muerte.

En el 217 a.C. las vanguardias de Cneo y Publio Cornelio Escipión llegaron hasta el Monte de Venus, muy probablemente la actual Almenara (o Afrodisio para los antiguos) y su templo sagrado en Els Estanyets que ya mencionara Polibio en sus textos, tantearon fuerzas y retrocedieron al Ebro. Las fuentes antiguas dan noticias sobre el 216 a.C. de nuevas escaramuzas entre las vanguardias romanas y la guarnición cartaginesa ubicada en tierras ilercavonas a la altura de Intibili (hoy Traiguera), junto a la Via Heraclea, ruta que vertebrara la posterior entrada de las legiones en la región. Los restos de la acrópolis de Sagunto habían quedado bajo el control de un tal Abelux, quizá un celtibero aliado de Cartago, convirtiéndose en una gran prisión donde los Barca retenían a los nativos más díscolos como rehenes para garantizarse la no beligerancia de sus paisanos.

Viendo lo mal que le estaba yendo a Hannon, el comandante de los púnicos en la zona, su enfrentamiento con los romanos, no dudo el tal Abelux en cambiar de bando y pacto la rendición de Arse con Roma en el 212 a.C. Una vez controlada la ciudad, los Escipiones no liberaron a los rehenes, sino que consideraron útil el asunto y continuaron su campaña hacia el Sur, pasando por Akra Leuce, ahora teniendo a las tribus de Iberia allí representadas al margen de la guerra, o incluso apoyándoles a cambio de mantener vivos a los cautivos de Arse. Poco les duro el statu quo. Solo un año después, ambos hermanos encontraron la muerte en la Oretania combatiendo a los púnicos y sus aliados.

Pocos años después, en el 207 a.C., fue el hijo de Publio Cornelio Escipión, el conocido como Africano, quien recorrió nuestras tierras de punta a punta de camino a su gran gesta en Iberia: tomar por sorpresa la gran ciudad de los púnicos, Qart Hadash. El joven legado tuvo que detenerse a la fuerza en el Júcar, pues el campamento permanente de Sucrone (de ubicación controvertida, entre Algemesi y Albalat de la Ribera) se había amotinado, asunto que resolvió gracias a su pericia y pudo completar aquel golpe de mano que cambiaría el destino de Cartago en Iberia. Con la conquista de la futura Cartago Nova, toda la franja oriental hispana entraba de pleno en la órbita de Roma, formando parte de la futura provincia de Hispania Citerior. Acabábamos de entrar en la república.

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