Andrés Roca Rey aclamado en su salida por la puerta grande de Valencia.

La era de Roca Rey estalla en Valencia

Andrés Roca Rey, con su debut de matador de toros en las Fallas de Valencia, ha empezado a escribir una nueva página en la historia del toreo. Que son 19 años y seis meses de alternativa y más rotundo, poderoso, inteligente y mandón no se puede estar. Cuajó dos toros, siempre al ataque. Montándose encima y bajando la mano. No le dieron el rabo porque mira, pero se lo merecía. Por inaugurar una nueva era.

No le importó pechar con tres mansos de solemnidad de Victoriano del Río. El toreo se lo incrustó en su malcriada casta sin compasión. Ofreciendo una verdad a prueba de bombas. Ni una duda ni un traspiés. El valor desnudo y el toreo en las yemas, en las muñecas y en la cintura. Si los manos a manos de Fallas tenían un sentido, enfrentar al poder imperante con la novedad, el resultado del primero… Más claro agua.

Sus primero se llama ‘Beato’, y nada que ver con el de Esplá, un toro negro, engallado, vareado y manso a más no poder. Las banderillas le queman. Roca Rey al ataque. Por estatuarios. Se come los vuelos por la zurda en el remate. Le aprieta en redondo. En dos tandas de redondos el toro se raja y barbea buscando una salida. Ni un renuncio en La Roca. Acobardado el toro. Gira contrario. Contra las tablas. Más imposible.

La revolución llega con en el cuarto. Antes había golpeado quitando por saltilleras sin mover un músculo. ‘Candidato’ es un castaño levantado de  fea hechura.

Roca Rey incia por cambiados, y ya aparece la arrucina, símbolo de esta revolución. El cambio de mano enciende la locura. No hay fisura. La primera serie en los medios se liga sin fin. En el platillo. Sujetada la embestida en una baldosa, abrochadísma. El toreo hondo y mandón… y la sorpresa siempre en la recámara: ese cambiado por la espalda. Embraguetado, soterrado el muletazo y los riñones apretados. Total entrega. Un cambió de mano eterno enroscado a la cintura. Al natural aquello del parar, templar y mandar. En todos los tiempos que pedía la desrazada embestida del tal ‘Candidato’. Que no quieres: pues hasta allá. Un impacto. La gente enloqueciendo por momentos. El manso totalmente sometido. La Roca con la escoba. Muerde. Es bragueta y mucho más. Y un de pecho tremendo ya al final. El toreo entraba en la era Roca Rey. Espadazo y dos orejas de tacada. No le dieron el rabo por falta de sentido histórico del momento.

En el sexto se escribió el resultado final del mano a mano. Cortó una oreja de forma insultante. Antes ya había roto el electrónica. Le fue a quitar Talavante por verónicas, que acaban por chicuelinas revueltas. Y el Rey del Perú liga por chicuelo y Tafalla y cierra con media volada y suave. Otro golpe. Iván García se desmontera en banderillas. El sexto es más manso que ninguno. Huye hasta de su sombra. El inicio de rodillas por redondos hace rugir. El del desprecio es la explosión. Y el toro corriendo despavorido. Se lo saca de tablas y le liga en redondo una tanda ganando la acción propia de torero cabal. Que no quieres, pues las rodillas al suelo. Riza el rizo al natural de rodillas con el manso. ¿y qué más? Una estocada y otra oreja. Qué locura. Esa vuelta al ruedo acompañado de un niño rubio era como la entrada en el Olimpo.

La corrida de Victoriano del Río fue mansa hasta decir basta. Seria, aunque un tanto desigual. Se salvó el tal ‘Coplero’, que tuvo alma de bravo y que salió en cuarto lugar.

La actitud de Roca Rey le cogió como a contra pie a Alejandro Talavante. El primero cogió a Santo Acevedo de fea manera. Salió apurado de un par de banderillas, perdió pie y el tal ‘Bolero’ lo levantó dos veces del suelo. En la segunda se llevó una cornada de 25 centímetros en el glúteo.

Talavante optó por el toreo etéreo, sin someter nunca las embestidas. Dio muchas ventajas, lo dejó venir muy a su aire. Más espectacular que profundo el trateo. Siempre ofreciendo distacia e inercia. Embestida muy protestada y las pocas veces que se le intentó someter, más. Talavante impávido. Dándole poca importancia. De las flores, trincheras y poco gobierno. Resbalón con la espada y estocada para ovación.

‘Coplero’. Burraquito de 555 kilos hace tercero. Carácter y raza. Humilla con tranco y tiene un excelente perfil. Algo largo de manos. Roca Rey por saltilleras, que responde Tala. Trujillo se asoma de verdad. El toro arrea. Encastado y en el peto empujó fijo y bravo. Brinda al público. Estatuarios. Por la izquierda. En el tercio. Aprieta. Embestida fuerte. Le acorta terrenos. Se le entrega a medios viajes. A este no le da ventajas ni lo saca a los medios. Por la derecha es cuando lo somete. Embestida ahogada y entregada. Más cojonazo que toreo. Tres pinchazos, casi entera y descabello.

Toca responder a la revolución rocareísta como sea en el quinto, el gigantón ‘Cóndor’. Se calienta por fin Talavante. De rodillas en redondo. Liga una tanda y el de pecho. Metiendo riñones. Limpieza. Le han apretado las tuercas. En redondo borda la primera serie  ritmo. Al natural. El toreo etéreo. El toro se rebrinca, protesta y sorprende. Se le mete. Media altura. Retoma el hilo en la cercanía y la estocada salva la oreja del honor.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Valencia, 17 de marzo de 2016. Séptima de la Feria de Fallas. Toros de Victoriano del Río (2, 3 y 6) y Toros de Cortés. Bien presentados, pero mansos de solemnidad, salvo el tercero que tuvo alma de bravo. Alejandro Talavante (ovación, silencio y una oreja) y Roca Rey (ovación, dos orejas tras aviso y una oreja). Casi lleno (unas 9.500 personas).

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