1 de cada 5 conductores se pone al volante aunque sepa que va a dar positivo en drogas

1 de cada 5 conductores se pone al volante aunque sepa que va a dar positivo en drogas

1 de cada 5 conductores se pone al volante aunque sepa que va a dar positivo en drogas . Uno de cada 5 cinco conductores -el 19%- se pone al volante aunque piense que podría dar positivo en un control de drogas, según el estudio ‘Mitos y falsas creencias de los conductores sobre los controles de drogas’, elaborado por la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) y financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Para los conductores el consumo de drogas es considerada, tras el consumo de alcohol, la conducta de mayor riesgo existente al volante, con diferencia sobre otras como no usar el cinturón de seguridad o conducir con exceso de velocidad.

Sin embargo, hay algunos factores que provocan que para determinados conductores, el conducir habiendo consumido drogas, aun siendo una conducta de alto riesgo, no lo es con tanta diferencia respecto a otras conductas, como para otros conductores. Estos son la edad, la experiencia con las drogas y la conducción o la experiencia con los controles. Los conductores más jóvenes, los conductores que han conducido en alguna ocasión bajo los efectos de las drogas o los conductores que han sido sometidos a un control, valoran como de elevado riesgo conducir habiendo consumido drogas, aunque en menor medida que el resto de conductores.

La experiencia con las drogas y la conducción o el hecho de haber pasado un control de drogas, se muestran como elementos que marcan diferencias significativas entre los conductores, respecto a las distintas características y percepciones que existen con los controles de drogas en la conducción. A esto hay que añadir, que los conductores profesionales, conductores con permiso de vehículo pesados (C,D), también presentan marcadas diferencias respecto al resto de conductores.

Respecto a los efectos que los diferentes tipos de drogas tienen sobre la conducción, todas las drogas consideradas son valoradas como perjudiciales, sin embargo, el cannabis es la droga que se valora con un efecto menos pernicioso para la conducción. De nuevo, la experiencia con las drogas y la conducción o con los controles de drogas, son elementos que condicionan la opinión de los conductores, en el sentido que la valoración de los efectos perjudiciales de las drogas sobre la conducción son menores para estos conductores.

Se puede afirmar sin ningún género de dudas que existe un profundo desconocimiento entre los conductores acerca de las características concretas del procedimiento seguido en la realización de un control de drogas en la conducción. Una gran parte de los conductores reconocen explícitamente que desconocen las características de dicho procedimiento. Y además, se desconocen los tipos de análisis realizados, el espacio temporal cubierto por el análisis, las implicaciones que supone un positivo, en cuanto a pérdida de puntos o en cuanto a la sanción económica.

Un dato significativo que pone de manifiesto la anterior afirmación es que tres de cada cuatro conductores reconocen no saber nada o muy poco sobre el procedimiento de control. O por ejemplo que, seguramente por confusión con el control de alcoholemia, un 40% de conductores creen que uno de los análisis realizados en el control de drogas, es el de aire espirado, cuando el análisis que se realiza “in situ” es un análisis de saliva.

 Ahondando en este desconocimiento, tan sólo uno de cada diez conductores, saben que el tiempo cubierto por el análisis realizado en un control de drogas es de 6 horas, mientras que el porcentaje de conductores que cree que ese intervalo temporal es inferior a las 6 horas, es del 2,7%.

Así mismo, se desconoce la cuantía de la sanción tanto en pérdida de puntos, pero especialmente desde el punto de vista económico. En cuanto a la pérdida de puntos, algo más de la mitad de los conductores saben que se pueden perder 6 puntos, en caso de dar positivo. Sin embargo, sólo uno de cada cuatro, sabe que el importe de la sanción es de 1.000 €.

Otra de las cuestiones que pone de manifiesto el desconocimiento sobre los controles de drogas, es que, entre el 25-30% de los conductores, existe la creencia que sí se puede consumir alguna dosis de droga y que no sea detectada por un control.

Respecto al conocimiento de los controles, se produce un resultado significativo. Los conductores que mejor conocen las características de los controles son aquellos que han pasado un control, lógico por otro lado, los que han conducido en alguna ocasión pensando que podrían dar positivo, y los conductores con permiso C, D (vehículos pesados) y en algunas características concretas, los más jóvenes o los conductores de ciclomotores o motocicletas.

Sin embargo, son estos mismos conductores, entre los que el conocimiento sobre los controles de drogas es mayor, donde la creencia que se puede consumir alguna dosis de droga y que no sea detectada por un control es más elevada.

La creencia en la existencia de trucos para camuflar la presencia de drogas y que no sea detectada en un control, está implantada en uno de cada cinco conductores. Además esta creencia es aún mayor entre los conductores más jóvenes, así como entre los que han conducido bajo los efectos de las drogas o han pasado un control.

Los trucos para no dar positivo en un control de drogas más divulgados son soluciones que van desde beber agua o tomar café, a esperar dos horas o más antes de conducir o hacer deporte/sudar antes del control.

Las fuentes de información a través de las que se conocen estos trucos, son los amigos, conocidos, internet o las redes sociales, jugando la familia un papel residual. Como era de esperar, internet y las redes sociales son fuentes de información cuya influencia crece entre los más jóvenes.

 En cualquier caso, este tipo de trucos gozan de escasa credibilidad entre los conductores que los conocen, y sólo uno de cada diez recurriría a ellos para intentar eludir un control. Aún así, de nuevo, los conductores con más experiencia con las drogas y con los controles, son los que más recurrirían a estos trucos.

Por último, en general, una gran parte de conductores está de acuerdo en el carácter disuasorio o preventivo de los controles de drogas a conductores, así como en su utilidad. Sin embargo, una parte significativa de conductores asignan a los controles de drogas, una función recaudatoria.

Los conductores con más experiencia con las drogas y con los controles, son los que presentan mayores discrepancias con este corriente de opinión generalizada, sobre el carácter disuasorio o preventivo de los controles, y donde gana peso la percepción como herramienta recaudatoria. A esta percepción recaudatoria, se les suman los conductores con permiso de vehículos pesados (carnés C, D).

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