Así afecta el frío intenso a tu vehículo

En España las temperaturas suelen promediar valores moderados, aunque los extremos varían notablemente y durante los meses de invierno en muchas zonas es habitual alcanzar temperaturas que bajan holgadamente de los 0º. El mes de enero suele ser el que registra una temperatura promedio más baja de todo el año.

Este gráfico de Jalopnik resume cómo los líquidos y algunas partes del coche se ven afectados por el frío.

  • Los neumáticos y las piezas de goma, incluyendo sellos y molduras, correas, manguitos y los limpiaparabrisas, comienzan a perder elasticidad cuando la temperatura baja de los 10º.
  • La presión de los neumáticos desciende conforme desciende la temperatura: más o menos un neumático pierde 0,07 bares (1 psi) por cada 5º que baje la temperatura ambiente.
  • El líquido para limpiar el parabrisas comenzará a congelarse a los 0º si es agua o a partir de los -5º si se trata de líquido limpiaparabrisas, mezclado con agua o no.
  • A partir de 0º se puede formar hielo en los cristales y las escobillas de los limpiaparabrisas quedar pegados al cristal. La cerradura también puede congelarse.

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  • El aceite del motor de tipo 20W-xx se vuelve más viscoso a partir de los -10º o -15º, perdiendo sus propiedades como lubricante hasta que vuelve a coger algo de temperatura. Los aceites clasificados 10W o menos pueden mantener su viscosidad inalterada a temperaturas incluso más bajas, tanto como -40º en el caso de un aceite 0W-xx.
  • Cuando la temperatura se acerca a los 0º la batería comienza a perder capacidad para suministrar corriente eléctrica. A unos -10º la batería puede perder la mitad de su potencia y dificultar el arranque del vehículo.
  • Si el circuito de refrigeración contiene agua o una gran proporción de agua (porque haya sido necesario rellenarlo de improviso recientemente, por ejemplo) se comenzará a congelar a partir de 0º. Si el refrigerante tiene un 50% de agua y otro 50% de anticongelante la mezcla puede mantenerse líquida hasta los -35º o -40º.
  • Probablemente nunca tendrás que preocuparte por el combustible porque no se congela a temperaturas «normales», aunque a partir de los -80º o -90º empieza a volverse algo pastoso. Algo parecido sucede con el líquido de frenos.
  • Pintura, que la carrocería es otro elemento que «‘sufre’ con el frío, porque la pintura se va manchando». «Por lo general, la pérdida de coloración se nota en los techos. Reflejo de esto son los vehículos que llevan meses a la intemperie», se sugiere mantener el vehículo cubierto. «En la medida que se pueda, hay que ‘abrigarlo’ con estas capas especiales, ya que la polución y la humedad forman una especie de ácido que corroe la pintura en el largo plazo».
  • Arranque La mañana está helada, uno tiene poco tiempo y nada de paciencia para calentar el motor. Entonces, lo enciende y lo empieza a acelerar. Si continúa con esta actitud, se quedará a pie en poco tiempo. Para que el motor tome temperatura, lo ideal es hacerlo trabajar a bajas revoluciones los primeros minutos. Esto no quiere decir que uno debe quedarse en la cochera; se puede avanzar, pero sin exigirlo, porque la fricción es mayor cuando el motor está frío.
  • Refrigerante La clave es un buen líquido refrigerante para que actúe como anticongelante y anticorrosivo. Pero cuidado: si queremos evitar daños en el vehículo, este producto debe ser de buena calidad.
  • GNC Es habitual que en los vehículos equipados con GNC haya problemas al momento del arranque. Uno de los más comunes es que el sistema de precalentamiento con agua se tranque y, por ende, no pase el gas. Por eso es importante contar con un termostato que funcione correctamente. Además, los mecánicos son claros: para evitar la mayor cantidad de problemas, lo ideal es arrancar el auto con gasolina y, una vez que el motor tome temperatura, pasarlo a gas.
  • Diesel Cuando hace frío, los motores diesel pueden presentar dificultades al momento del encendido. La clave para evitar que esto ocurra es que las bujías de precalentamiento se encuentren en buen estado. Es fundamental revisarlas periódicamente y, si se detecta que alguna de ellas está fallando, hay que reemplazarla. Otra medida que debe ser tenida en cuenta para evitar que el motor sufra daños es no exigirlo ni acelerarlo mientras aún esté frío.

    La autonomía de tu coche eléctrico puede reducirse con el frío

    Aunque los fabricantes buscan que se asemejen lo máximo posible a los vehículos de combustión para que nos adaptemos a ellos rápidamente, existen detalles que debemos tener en cuenta a la hora deconducir coches eléctricos en invierno.

    Seguro que te has fijado en que es más fácil disolver el cacao en polvo cuando la leche está caliente que cuando está fría. Esto es porque la mayoría de las reacciones químicas se aceleran cuanto más subimos la temperatura, hasta un límite. Una batería es en realidad un reactor químico; prueba de ello es que, en las tradicionales de plomo, cuando están cargadas, la densidad del electrolito (una mezcla de agua destilada y ácido sulfúrico) es mayor que cuando se descargan; esto se debe a la reacción química que se produce.

    1. El frío afecta muy negativamente al rendimiento de las baterías. Al contrario de lo que ocurre en los cables (cuanto más fríos estén, mejor fluyen los electrones), en los acumuladores hay un rango óptimo de trabajo que suele estar entre los 20ºC y los 40ºC. Si tienes un coche eléctrico, debes tener esto en cuenta, ya que tanto la recarga como su autonomía se ven algo afectadas en la época invernal por el peor comportamiento de las baterías a bajas temperaturas.
    2. En invierno consumimos más electricidad en el coche: la luneta térmica, la calefacción, los limpiaparabrisas… todo esto reducirá la autonomía.
    3. Aunque el motor eléctrico no ve alterado su comportamiento por el frío, el aceite que lubrica el sistema de transmisión sí se vuelve más espeso con las bajas temperaturas. Esto hace aumentar la fricción interna y también reduce sensiblemente la autonomía del coche.

    Cómo conducir tu coche eléctrico durante el invierno

    • El problema que surge con el frío se debe a la entrega de par de los motores eléctricos. Cuando más fuerza tienen estos propulsores es justo cuando van a empezar a girar; en ese momento, dan el par máximo. Esto hace que sea justo al iniciar la marcha cuando tenemos más riesgo de patinar.
    • Mucho cuidado con las posibles capas de hielo en la carretera. Si en un coche convencional es importante el uso de neumáticos apropiados para las bajas temperaturas, en los eléctricos aún más, ya que suelen llevar neumáticos de baja resistencia a la rodadura, cuyo comportamiento con el suelo mojado es peor que el de una cubierta convencional. Si guardas tu vehículo eléctrico en un garaje con rampa y sabes que patina al salir por ella, sitúa el coche de forma que cargues el peso sobre el eje motriz: si es de tracción delantera, sal marcha atrás, así tendrás más adherencia.
    • Hay que ser muy estricto en la recarga de la batería para no correr el riesgo de “quedarse tirado” en mitad del camino: respeta los tiempos marcados por el fabricante.

—Imagen (cc) Vlastimil Koutecký. Vía blog.citroen.es y autocasion

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