Desafío brasileño

El domingo se disputará la edición número 42 del Gran Premio de Brasil. La carrera formó parte del calendario por primera vez en 1973 y allí ha permanecido desde entonces. A lo largo de la historia, se ha llevado a cabo en dos circuitos: Jacarepagua e Interlagos. Ferrari ha ganado esta carrera en diez ocasiones, lo que equivale a un 25% de éxito.

Lauda después de los brasileños. Las primeras tres ediciones, disputadas sobre los cerca de ocho kilómetros del trazado de Interlagos, fueron dominadas por los pilotos de casa: Emerson Fittipaldi se llevó las dos primeras y Carlos Pace, la tercera. El dominio carioca acabó con Niki Lauda y su Ferrari en 1976, que dio paso a un triplete para la Scuderia. En los dos años siguientes le tocó el turno al argentino Carlos Reutemann, que aún recuerda la de 1977 como una de las carreras más difíciles de su vida, con la sofocante ola de calor que azotó la pista de las afueras de Sao Paulo.

Río. La victoria de Reutemann de 1978 llegó en un circuito nuevo, el de Jacarepagua (literalmente pantano de cocodrilos), situado a las afueras de Río de Janeiro. Interlagos estaba siendo reformado y estuvo ya listo para la carrera de 1979. Pese a ello, la pista siguió siendo peligrosa muy bacheada, hasta el punto de que en 1980 se volvió a dejar de acudir allí. Se corrió en Jacarepagua hasta 1989, precisamente el año en que volvió a imponerse otro Ferrari, esta vez con Nigel Mansell. El británico no ganó solamente una carrera aquel día, sino que además hizo historia en la categoría al ser el primero en conquistar el peldaño más alto del podio al volante de un monoplaza, el F1-89, dotado con un cambio semiautomático en el volante. Era la primera carrera de la temporada.

Regreso a Interlagos. Mientras,Interlagos estaba siendo sometido a una profunda revisión. La longitud de la pista se redujo prácticamente a la mitad, pasando de 7,8 a 4,3 kilómetros; se construyeron nuevos garajes y la pista mejoró notablemente sus estándares de seguridad. Ferrari inauguró el trazado de la mejor manera posible, con una victoria de Alain Prost al volante de un F1-90, imponiéndose a su rival por el título, el paulista Ayrton Senna, que todavía no había logrado ganar su carrera de casa. Senna lo haría, eso sí, al año siguiente, repitiendo en la edición de 1993.

La era Schumacher. La Scuderia Ferrari no volvió a ganar en Brasil hasta el año 2000, con Michael Schumacher. Repitió triunfo dos años más tarde, cuando las primeras fases de la carrera se vieron amenizadas por el duelo entre el alemán y su rival en aquella época, Juan Pablo Montoya. En 2006, Interlagos fue el escenario en el que Michael Schumacher hizo su última aparición como piloto de Ferrari. Tras haber sufrido un pinchazo, el alemán fue protagonista de una gran remontada, recuperando casi una vuelta a su compañero Felipe Massa. El brasileño acabó ganando, pero Schumacher se llevó buena parte de la atención con su increíble cuarta posición.

Las batallas por el título. Las carreras de 2007 y 2008 fueron de infarto para los aficionados. En 2007, Kimi Raikkonen llegaba a Interlagos en tercera posición pero el de Ferrari acabó saliendo del circuito como campeón del mundo. En aquella carrera pasó de todo: el líder del campeonato, Lewis Hamilton, tuvo un problema que le costó perder una vuelta, mientras que el perfecto juego de equipo llevado a cabo entre Kimi y Felipe Massa dio la carrera y el título al finlandés. Al año siguiente, Felipe peleaba por el título en su carrera de casa, una vez más contra Hamilton. Massa consiguió muy pronto hacerse con una buena ventaja en la carrera, pero pero su rival seguía en posiciones que le daban el título. Al final, sin embargo, empezó a llover y Hamilton cayó hasta la sexta posición. Felipe cruzó la línea de meta en primera posición y, por poco más de treinta segundos, fue campeón del mundo. Luego, en la última curva de la última vuelta, Hamilton adelantó al Toyota de Timo Glock para ponerse quinto, posición que le daba la corona mundial. La Scuderia se quedó con la satisfacción de llevarse el título de Constructores. El campeonato se decidió una vez más en Brasil en 2012, cuando la pelea fue entre Sebastian Vettel y el ferrarista Fernando Alonso. Tras la salida, Vettel hizo un trompo y fue golpeado por el Williams de Bruno Senna, pero su coche siguió de una pieza y el alemán se las arregló para terminar lo suficientemente arriba como para llevarse el título ante un Fernando que acabó segundo.

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